Hasta hace bien poco toda empresa que se preciara tenía instalado en todos los equipos desde los que accedía a los documentos de trabajo su sistema operativo Windows, que era el motor que permitía ejecutar los distintos programas que nos ayudaban en nuestras tareas. Pero con la llegada de la computación en la nube y la apuesta de muchas empresas por ofrecer sus servicios en esta modalidad Windows será cada día menos importante para las empresas.
Y no quiero decir con ello que las empresas apuesten por otros sistemas operativos de escritorio, no, puesto que la cuota de mercado de Windows sigue siendo mayoritaria, dejando al resto de sistemas a años luz. Sin embargo, parece que la tendencia de la movilidad se va imponiendo en el ideario colectivo, lo que abre la puerta a otros sistemas operativos para utilizar en las empresas.
Y la primera empresa que es consciente de esta situación es Microsoft, que busca ofertar gran parte de sus productos también bajo este modelo, con Office 365 que tendremos disponible a finales de mes. Además potencia su negocio tradicional, puesto que para sacarle todo el partido a esta suite es recomendable instalarla localmente para mejorar la productividad que con ella podemos conseguir.
La movilidad es la clave
Pero Microsoft no es la única que ha visto la movilidad como necesidad en muchas empresas. De hecho llega tarde a esta fiesta donde otros ya llevan tiempo apostando por esta alternativa. Lo vemos con Google Chrome OS y su apuesta por dispositivos como los Chromebooks gestionados desde la nube sin que importe que sistema operativo tiene el dispositivo que utilizamos para conectarnos a Internet.
Parece que se apuesta más por conectarte a Internet y trabajar que por encender el ordenador y comenzar a trabajar. De esta manera vemos como los dispositivos móviles cada vez nos permiten realizar más tareas, trabajos que ya no realizamos desde nuestro ordenador de oficina y en muchos casos sin utilizar un sistema operativo Windows. Las empresas que consigan una mayor flexibilidad en este aspecto tendrán ventaja.
Sin embargo son pocas las que todavía se ven apostando de forma extrema por este modelo. Son pocos los equipos que una pyme puede adquirir que no vengan con Windows 7 preinstalado. Aunque se han dado pasos la mayoría de las empresas sigue anclada al paradigma del equipo de escritorio para trabajar desde tu oficina.
Otras alternativas y la era post-PC
El camino tal vez sea la compatilidad de dos sistemas. En este aspecto parece muy interesantes los movimientos de HP con su sistema operativo WebOS, que introducirá en algunos dispositivos de forma conjunta con Windows para el año que viene. De momento no prescinde de Windows, pero que una compañía con la presencia que tiene HP en las empresas comience a apostar por algo distinto a Windows puede suponer un movimiento importante. Además ofrecerá a otros fabricantes que también instalen dicho sistema.
La compatibilidad hacia atrás, es decir, mantener el modelo actual con la compatibilidad hacia atrás es lo que impide a muchas empresas prescindir de Windows como soporte para desarrollar su negocio. El primer paso sería movilizar las aplicaciones. Hacerlas accesibles desde cualquier sistema operativo o dispositivo, a partir de aquí la transición sería mucho más sencilla.
Mucho se habla de la época del post-pc. El ordenador de sobremesa pierde importancia, no tanto en la empresa, que en este aspecto se mueve mucho más despacio, pero el sistema operativo desde el cual nos conectamos también pierde esa importancia que hasta ahora hacía que muchas empresas no tuvieran, de facto, posibilidad real de elección ni de dispositivos ni de sistemas para trabajar.
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