Los sistemas de productividad son los comportamientos que repetimos de manera consistente y metódica para incrementar nuestro rendimiento.
La gente a menudo cambia sus sistemas para mejorar la productividad pero se encuentra volviendo a los viejos hábitos.
Es difícil cambiar nuestro sistema de productividad sin modificar su entorno, ya que los comportamientos anteriores pueden haber sido asignados a ciertos espacios.
E incluso cuando los nuevos comportamientos tienen sentido, es fácil permanecer convencidos de que los viejos hábitos son más eficaces.
Sin embargo, es posible cambiar la forma en que pensamos acerca de nuestras rutinas.
Comienza por identificar partes de tu rutina diaria que suceden con consistencia relativa y usarlas como señales para nuevos comportamientos.
Un ejemplo, es que si al llegar ala oficina lo primero que hacemos es revisar el correo es sustituir esta rutina por algo como que sea nuestra lista de tareas la que determine las prioridades de la mañana.
No consiste en pensarlo, es hacerlo de forma esponténea para poder crear nuevos hábitos que se conviertan en automáticos.
Imagen | geralt En Pymes y Autónomos | Cómo cambiar tus malos hábitos