Ayer nos hacían partícipes de las cifras.Crecen un 40% los contratos laborales de menos de una semana. En 2014, uno de cada cuatro no superaba la semana, según datos oficiales.
Son los contratos que más han crecido con la reforma laboral, un 40% desde 2008. Los de menos de un mes han aumentado un 33% en los últimos seis años. En muchos casos son también contratos a tiempo parcial.
¿Con estas condiciones puede crecer la economía de un país? Incluso ¿Con este tipo de contratos puede llevar una calidad de vida digna un trabajador?
Si nos centramos en una localidad, estos datos son los que ofrecen desde UGT: uno de cada cinco contratos formalizados el año pasado en la provincia de Alicante tuvo una duración "igual o inferior a siete días"
Pero según los datos de la Encuesta de Población Activa (INE), el número de personas ocupadas desde que comenzó la reforma laboral, se ha reducido. Entre el último trimestre de 2011 y el tercer trimestre del 2014 ha descendido en 2.700 personas, revela un informe de UGT.
Esto evidencia que más allá del aumento del desempleo, el efecto de la crisis y de las medidas impuestas en los últimos años, afecta a la calidad del empleo y a las condiciones de trabajo de los que aún se mantienen ocupados.
Esta cuestión se materializa en mayor precariedad, abarcando más temporalidad, peores jornadas, trabajos menos cualificados y salarios más bajos.
Por lo tanto, las mejoras de la macroeconomía no ha modificado un ápice la calidad ni la cantidad de empleo que se genera en este país. Los contratos a tiempo parcial donde al trabajador se le exige lo mismo e incluso más que si su situación fuera la correcta.
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