Contar a tu alrededor con personas curiosas y llenas de inquietudes es un lujo. Hace unas semanas alguien me preguntó si conocía a Eduardo Barrerios: el Henry Ford español. Admití mi ignorancia y me documenté. Es típico en nuestro país dejar de lado historias y proezas donde un español es el protagonista. Pero ahora no toca hablar de ese tema. Barreiros fue ante todo un mecánico y posteriormente un empresario de éxito.
Este empresario gallego, de origen modesto y sin estudios superiores, levantó un gran complejo industrial que contribuyó a la industrialización de España. Empezó con un pequeño taller en Orense y en 1954 fundó en Madrid Barreiros-Diesel para fabricar motores Diesel con tecnología propia. Impresionante.
Sus inicios con el mundo de motor se dieron cuando su padre se encargó de conducir un Panhard-Levasor 10HP tras obtener el carnet de conducir, tiempo después en 1929 obtiene la licencia para explotar la línea Orense – Los Peares con un viejo Renault. El trayecto de esta línea rural se realizaba sobre un camino sin asfaltar.
Con doce años, interrumpe sus estudios para comenzar a ayudar a su padre ejerciendo de revisor en el autobús de línea. Eduardo pasó de esta forma su infancia entre los motores que reparaba junto con su padre. Ya en su juventud, entra en un taller mecánico como ayudante aprendiz donde logró conocer los aspectos relativos acerca del funcionamiento y mantenimiento de los motores de combustión interna.
Las habilidades mecánicas de Eduardo Barreiros mostraban su capacidad de reparar y habilitar motores a partir de viejas piezas que recoge en los desguaces. El primer negocio de compraventa lo realiza con su primo Celso Barreiros que le compra una moto reconstruida, a partir de este momento se dedica a reconstruir diversos vehículos que descompone en sus piezas y posteriormente vende en el mercado. Comienza a prosperar.
Funda BECOSA (Barreiros Empresa Constructora, S.A.) tras vender la línea de autobuses de su padre. El objetivo de la compañía era la contratación de obras públicas en Galicia. Comenzó a conseguir adjudicaciones para la construcción de carreteras en Galicia, para lo cual fabricó parte de la maquinaria y utensilios que utilizaba, consiguiendo acabar las obras concedidas en tiempo récord, por disponer de maquinaria que a los demás faltaba.
El motor diésel y su importancia
Este tipo de motor tiene menores consumos, al mismo tiempo que su combustible de gasoil (por litro) resultaba comparativamente más barato que la gasolina. A Eduardo se le ocurre que los motores de gasolina pueden ser transformados a diésel con un par de cambios funcionales y añadidos mecánicos al motor. Necesita experimentar para comprobar que es posible.
Pronto aumentan las peticiones de conversión de motores de gasolina a diésel en el territorio nacional, sobre todo entre el sector de los transportistas. El taller se quedó pequeño y en 1951 se decidió trasladar la producción a Madrid. Barreiros alquiló unos talleres y creó la empresa Galicia Industrial.
Pero no todo iba bien en sus negocios la complicación no sólo era técnica sino política, por esta razón introdujo en el consejo de administración de Barreiros Diésel a parientes del jefe del Estado como Francisco Franco Salgado-Araujo (cargo de secretario personal de Eduardo Barreiros) y Constantino Lobo Montero (ex-gobernador militar de la Coruña), posteriormente en 1958 se añadiría José María Sanchiz Sancho.
La causa de las negativas proviene de las presiones opositoras, que desde el INI realiza Juan Antonio Suanzes el fundador del INI. Negándose a recibir personalmente a Eduardo Barreiros en su propio despacho. Mientras tanto,Eduardo pasaba todo su tiempo en la factoría, y conocía a todos los empleados por su nombre, su estilo dentro de la empresa era innovador, con un trato cercano a los trabajadores.
La espera
Mientras esperaba la autorización, se dedicó a mejorar parte del que denominará motor EB-6, procedente del motor Perkins en el cual comenzó realizando transformaciones a diésel. También se presenta con éxito a un concurso de suministro de trescientos camiones TT.90.22 al Ejército Portugués. Las pruebas del concurso incluían conducción en superficies inclinadas y suelos pantanosos. Las pruebas fueron superadas por un prototipo conducido por el propio Eduardo.
En 1960 realiza con la empresa alemana de tractores Hanomag la incorporación de su motor, fabricando tractores (bajo la denominación: Rheinstahl Hanomag Barreiros). En 1961 pasó a ser de Barreiros en su totalidad. Este mismo año se asocia con Pinto Bastos y abre una factoría Barreiros en Setúbal (Portugal), que pasó a denominarse: Barreiros comenzaba a finales de 1961 extender delegaciones de su fabricación en Hispanoamérica.
A comienzos de la década de los sesenta el Instituto Nacional de Industria apadrina la industria automovilística SEAT Eduardo solicita al INI permiso para la fabricación de turismos, las empresas estatales se opusieron a ello poseía enemigos en los Ministerios, a pesar de los apoyos iniciales de Franco en el Pardo. En 1963 Barreiros Diesel vende casi 4.300 camiones, ante los 6100 de ENASA.
En 1964 la revista The New York Times incluye a Eduardo entre los seis industriales más importantes de Europa.
En 1962 se asoció con la empresa estadounidense Chrysler y fundó “Barreiros Chrysler”. La multinacional Chrysler adquiere el 40% de Barreiros Diésel, S.A. Eduardo Barreiros no fue capaz de aportar los capitales de ampliación propuestos por Chrysler y que suponían los 60% de la cuota a Barreiros. Al final, en 1967, la compañía Barreiros desaparece y es adquirida por Chrysler, convirtiéndose en Chrysler España S.A. Filial que debido a problemas financieros se vende en 1978, los vehículos industriales de la Fábrica de Villaverde se pasaron a la empresa Renault.
Cuando, en mayo de 1969, Eduardo Barreiros abandonó Barreiros-Chrysler presentando su dimisión como Director, firmó un contrato con Chrysler España en el que se comprometía a no realizar ningún tipo de actividad relacionada con la automoción durante un período de cinco años. Él y su familia recibieron unos seiscientos millones de pesetas por la compra de sus acciones, cantidad de muy importante en la España de la época. Pero su aventura continuó en Cuba en diversos sectores hasta que falleció en 1992.
Si resulta de interés la figura de este tenaz gallego, podemos visitar la Fundación Eduardo Barreiros. en ella se encuentra década a década cómo fue logrando el éxito aquel chico que dejó sus estudios por ayudar a su padre en el autobús de línea. Tenemos muchos héroes en este país donde inspirarnos.
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