Por lo menos es lo que se saca en conclusión de la nota de prensa publicada por la Unión de Profesionales y Trabajadores AUtónomos (UPTA). Según los datos publicados por Eurostat, la UE-27 contaba en el último trimestre de 2012 con un total de 2.336.800 trabajadores autónomos menores de 30 años sin asalariados a su cargo.
De esos más de dos millones, ejercían su actividad en España 143.400, es decir, el 6,4% del total un dato bastante modesto para lo que representa nuestro país por tamaño y poder económico en el contexto europeo. Esta cifra se agrava al tener en cuenta que en España se perdieron 7.400 jóvenes autónomos en 2012, mientras que en Europa se redujo en 11.900.
En otras palabras, en España en 2012 se redujo el 62% de todo el empleo autónomo que se destruyó en toda Europa. Esta cifra revela que el trabajo autónomo no es una opción que la juventud se plantee como opción para incorporarse al mundo laboral.
Además, pone de manifiesto que aunque muchos se decidan por esta opción, la realidad económica en nuestro país es tan hostíl, es decir, consumo en estado catatónico, poco recursos o ninguno para financiar los proyectos y unas cargas fiscales inasumibles, cercenan las pocas posibilidades de éxito que se puedan tener.
Un panorama muy negativo que no sirve de motivación a los más jóvenes para buscar otras opciones laborales más allá del trabajo por cuenta ajena y que por muy bueno que sea para trabajar para uno mismo, en la actualidad y con las circunstacias existentes, supone asumir un riesgo demasiado elevado.
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