Hace tiempo leí un artículo que me gustó bastante en el blog de HBR, un artículo titulado “Getting others to embrace risk”, en el que la autora hablaba sobre como implicar a la organización para asumir riesgos.
Aunque es evidente que una de las variables que más se atiende en las empresas es la gestión del riesgo, no es menos cierto, que en épocas recesivas en la mayoría de ellas la asunción de riesgos tiende a minimizarse hasta tal extremo que incurren en el inmovilismo y las pocas que no siguen esta tendencia, acaparan el mercado de su industria.
El motivo por el que se actúa de este modo es sencillo e incluso comprensible, si el contexto económico no es propicio la gente se centra en lo que pueden perder en lugar de atender qué es lo que pueden ganar.
Pero no es menos cierto que sin asumir riesgos no es posible ni innovar, ni crecer ni progresar. Esto no es sólo a nivel empresarial es de aplicación con carácter general a nuestra vidas. Por eso es importante lanzar las ideas, presentarlas como opciones realistas y mostrando el gran error que es no aprovechar la oportunidad que se presenta.
Implicar al grupo y a la organización en la necesidad de asumir riesgos es determinante para no quedar atrás. De cualquier manera hay que evidenciar que no hay opción, no somos nosotros quienes con nuestras acciones hacemos inestable e impredecible el entorno, sino que es el propio entorno lo que es inestable, por lo que cuanto antes se actúe más rápido nos adaptaremos a los cambios.