En muchas ocasiones hemos hecho referencia al autoempleo como salida a una situación como la que tenemos actualmente, con una muy baja oferta de puestos de trabajo y una gran demanda derivada de los millones de parados que tenemos en nuestro país. Siempre me he referido a la salida del autoempleo como una opción meditada y huir del autoempleo por necesidad, de forma irresponsable o a la desesperada.
La cuestión es que, muchas veces, una persona pueda decidirse por el autoempleo con el convencimiento de que es la mejor opción y está decidida a afrontar los riesgos y las dificultades que eso acarrea. Sin embargo, y aun habiendo tomado esa decisión, esta persona se puede encontrar con la dificultad de no saber por dónde empezar.
Siempre partimos de la base de que el origen de todo proyecto de un emprendedor es la idea. Sin embargo, tampoco debemos obsesionarnos con ello, no hace falta “inventar la polvora” para empezar un negocio, no necesitamos una idea brillante, ni una genialidad para poder arrancar. Muchas veces basta con empezar con una idea de imitación (ojo, que no copia) de otro negocio y dirigida a un pequeño mercado.
Detectar un pequeño aspecto de un negocio en el que haya un punto débil o, simplemente, dar un enfoque distinto a un negocio que ya funciona puede bastar para empezar. Una vez metidos en el mundo de los negocios, pueden surgir multitud de oportunidades para ir aumentando el tamaño de nuestro mercado, nuestra organización, desarrollar nuevos proyectos, etc.
Una vez que la empresa empieza a funcionar, si somos capaces de hacer bien nuestro trabajo y gestionamos bien los recursos que tenemos, podremos ir aumentando nuestro prestigio profesional, conseguir una buena red de contactos, tener una prespectiva real del mercado desde dentro, contar con mayor experiencia, etc., todo esto sirve para preparar el terreno para retos mayores.
Los proyectos innovadores, las grandes novedades tecnológicas o las ideas que pueden revolucionar el mercado, a veces, requieren de un gran esfuerzo, desarrollo de un proyecto inédito, estudios de mercado, capital para iniciar las actividades. No todo el mundo tiene la posibilidad de disponer de todo eso, puede darse el caso de que ni siquiera podamos partir de esa idea revolucionaria, pero eso no debe ser un obstáculo.
Para empezar hay que detectar un hueco en el mercado en el que poder entrar, ser consciente de lo que eso supone, planificar, conocer el mercado, llevar un buen control y gestionar bien los recursos, tan sencillo y tan difícil.
En Pymes y Autónomos | El autoempleo como salida laboral
Imagen | espinr