Una de las razones de las que se quejan muchas empresas para contratar a trabajadores es la falta de movilidad. Existe trabajo en determinadas zonas mientras que en otras hay profesionales capacitados y en paro. El problema está en las condiciones, más allá del salario, si existe una perspectiva de futuro o no de mantener el puesto. Pero movilidad y temporalidad en el empleo son enemigos íntimos.
Muchos de los empleados no quieren moverse solo para unos meses, especialmente si tienen ataduras familiares, hipotecas, etc. Cuantas más cargas tenemos más complicado es el traslado. Esto desanima mucho en el caso de sumar una oferta solo por unos cuantos meses. La única excepción es la hostelería, donde en muchos casos se aprovechan los meses de verano para sacar un salario que permita cubrir el resto del año.
Por otro lado existe un hándicap muy importante con el tema de la vivienda. Por mucho que nos ofrezcan de salario si el alquiler se va a llevar la mitad y no nos permitirá ahorrar, la perspectiva cambia mucho. En algunas zonas se ha convertido en un problema realmente grave, done Ibiza es un ejemplo de ello por sus elevados precios en verano.
Y esto afecta a todas las profesiones, no solo ya a los que cobran salarios más bajos, sino que a la hora de elegir se buscan otras opciones que no representen un porcentaje tan alto de nuestros ingresos para un alquiler. Esto ha llevado en algún caso a cerrar negocios o que plazas vacantes de sanidad no se puedan cubrir.
Con todo esto parece que la temporalidad es enemiga de la movilidad y sin embargo no es del todo así. Ya que muchos de los trabajadores que están dispuestos a cambiar de ciudad no siempre lo hacen con la perspectiva de quedarse allí toda la vida. En muchos casos se van a marchar a los pocos meses o unos años después.
En algunos casos vuelven a sus ciudades de origen, en otras quieren encontrar oportunidades en otros lugares. Para lograr contratar a personas de otras provincias es muy importante crear una oferta atractiva, en salario, pero también en oportunidades laborales, vendiendo nuestra empresa, un buen ambiente de trabajo o las facilidades para conciliar vida personal y profesional.
Por último hay que tener en cuenta la movilidad en las grandes ciudades. No es la primera vez que un candidato rechaza una oferta porque el lugar de trabajo está muy lejos de su residencia. El desplazamiento en transporte público muchas veces lleva entre ida y vuelta varias horas, o si se realiza en coche un gasto que es difícilmente asumible.
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