Hace unos meses les hablaba en estas páginas sobre los factores culturales que inciden en la capacidad para emprender, entre los que se encuentran algunos como el 'miedo al fracaso', el temor a lo desconocido, y la capacidad de asumir/afrontar nuevos retos, lo que llega a marcar algunas diferencias en el mundo de los negocios, tanto en cuanto a las habilidades y aptitudes que reúnen los individuos de un determinado país o circunscripción administrativa.
Ahora recuerdo una anécdota que presencié en primera persona en un seminario de negocios internacionales en el que tuve la oportunidad de colaborar, y que hoy quiero compartir con ustedes. Y es la siguiente; al término de la ponencia de un reputado empresario de origen chino, le pregunté:
¿Por qué todos o la amplia mayoría de los ciudadanos chinos en España tiene su propio negocio y rara vez trabajan por cuenta ajena?
Pues su contestación fue que los chinos son unos ciudadanos con grandes cualidades culturales, entre ellas la inexistencia del miedo al fracaso. Argumentando en este sentido que abandonaban su país con pocos recursos, y que como prácticamente parten de la nada antes de emprender un nuevo proyecto (tienen poco que perder), pues no tienen miedo a fracasar en su desempeño empresarial, lo que les dota de unas miras más amplias y de una respuesta mucho más precisa ante escenarios más turbulentos y/o cambiantes.
Todo lo anterior se traduce en que a la hora de determinar quiénes gozan de una mejor predisposición para los negocios o el emprendimiento, no podemos obviar los factores culturales, que sin ser discriminantes pueden determinar las áreas geográficas que se muestran menos o más permeables.
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