Cuando dices que trabajas sentado, la sensación para otro donde la carga de trabajo es física, es que tú trabajas menos. O, por decirlo de otra manera, lo tienes más fácil si te encuentras enfermo. Nada más lejos de la realidad, sobre todo si trabajas desde casa.
Atender a las responsabilidades laborales, hijos, o cuidar de una persona produce un desgaste por partida doble. La carga de trabajo mental es la relación entre las exigencias del trabajo y los recursos mentales.
La carga de trabajo y la salud mental
El concepto de carga de trabajo es el conjunto de requerimientos físicos y mentales a los que se ve sometido el trabajador a lo largo de su jornada laboral.
La carga de trabajo va a venir determinada por la interacción entre el nivel de exigencia de la tarea y el esfuerzo que debe realizarse para llevar a cabo esa tarea. Es decir, si escribes, diseñas o programas esto se traduce en horas y horas de esfuerzo mental.
¿Sentado en una silla como un rey?
El hombre está hecho para moverse, no para permanecer entre ocho y diez horas sentado. Si bien es cierto que se pueden hacer descansos, en ocasiones es del todo imposible.
Los efectos en la salud de la carga mental en el trabajo se producen en el trabajador tanto a nivel fisiológico, como psicológico y de comportamiento.
Los trabajos no se pueden comparar
Si una persona pasa el día caminando, será sano para su cuerpo. Andar es lo que todos deberíamos hacer diariamente. La espalda, los dolores de cabeza y la fatiga emocional, se puede producir por igual en un trabajo u otro, eso es cierto.
Esa mala prensa que ha tenido siempre el hecho de no doblar la espalda pero sí utilizar al 100 % el cerebro, resulta asombroso que exista en pleno 2018. Sobre todo, cuando la precariedad laboral, nos obliga a tener diversos empleos.
La fatiga mental puede ser normal, recuperable mediante el descanso, pero si la sobrecarga mental es continua y no se toman medidas preventivas, puede volverse crónica.
La fatiga crónica puede tener graves consecuencias para la salud del trabajador: depresión, ansiedad, irritabilidad, alteraciones del apetito y del sueño, etc.
Al final, sentado, de pie o como se tercie, cuando uno sobrepasa su límite se agota y no hay un trabajo ideal cuando eso sucede.
Factores que influyen en la sobrecarga mental
En cuanto a las exigencias de las tareas a desempeñar, los principales factores que pueden provocar la aparición de sobrecarga mental son:
Recibir excesiva información, de multitud de fuentes o muy compleja. Con la exigencia de que ha de ser procesada o elaborada en poco tiempo.
Presión temporal: necesidad de dar una respuesta de manera muy rápida a trabajos diferentes para clientes con necesidades dispares.
Necesidad de mantener una atención sostenida durante un largo periodo de tiempo. No todos los días tenemos la misma capacidad de concentración ni de atención.
Realización de tareas cognitivas complejas (razonamiento, solución de problemas, análisis, interpretación, comprensión…).
Ejecución prolongada de tareas de procesamiento de datos.
Trabajos que requieren excesiva precisión y meticulosidad. Pensemos en un diseñador gráfico, en la carga de tareas, en el tiempo que emplean con la mirada fija en la pantalla y la precisión en su trabajo.
En definitiva, no hay trabajo perfecto. No hay trabajo que no suponga un cansancio físico o mental, también depende de nuestra actitud y sobre todo, de disponer de tiempo libre y una predisposición positiva a aprovechar aunque sean diez minutos para reponernos.
Y hoy, en el día del padre pienso en el mío que era encofrador y acababa agotado físicamente pero sabía aprovechar sus pequeños ratos de descanso y los días libres caminaba o apostaba por dormir largas siestas.
En Pymes y Autónomos|Que el cansancio no bloquee tu mente
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