Siempre he pensado que hay negocios y negocios en función del sector en el que se opere. Es decir, no es lo mismmo operar en un sector liberalizado totalmente, dígase cualquier comercio de nuestra geografía, que ser titular de una farmacia o de un Registro de la Propiedad.
Lo curioso, es que cuando el temporal arrecia, a todos nos puede pillar en medio de la tormenta, y prueba de ello, es el concurso de acreedores que ha solicitado una farmacia en Málaga.
La sutil diferencia de tener un tope máximo de población por establecimientos, en el caso del primero o una asignación geográfica determinada para todas las operaciones que afecten a la inscripción en el segundo nos da una ventaja que no gozan otras actividades comerciales.
Este tipo de establecimientos, nos pueden parecer inmunes a la crisis. Si estoy enfermo y necesito medicación, me da igual que el PIB se contraiga o se expanda. Además gozan con igualdad de precios por lo que la proximidad geográfica a los clientes suele primar frente otro tipo de cuestiones.
Pero claro, una serie de productos que no se encuentran bajo la cobertura de la Seguridad Social, o se venden directamente sin receta, bajan sus ventas en picado. Pensemos en artículos de parafarmacia, alimentación y puericultura de bebés u otras referencias que podemos encontrar en estos establecimientos.
Si estas ventas caen. es lógico pensar que todos los consumidores estamos cambiando el chip. A los productos de estas características vendidos en las farmacias, siempre se les ha tachado de caros a costa de presentar ¿mayor calidad? que otros de marcas blancas. Se ratifica esta tendencia en todos los sectores.
Regentar un negocio y ampliarlo en épocas de bonanza mediante la diversificación de nuestras referencias de venta es una idea que suele funcionar muy bien en épocas de expansión. Pero si esas líneas nuevas de expansión están cogidas con pinzas, estas ampliaciones y asunciones mayores de riesgo pueden poner en serio peligro la continuidad de nuestra empresa.
Mala noticia desde luego que cualquier empresa tenga que presentar concurso de acreedores o se vea abocada al cierre, pero es mucho más difícil de entender cuando se habla de un sector protegido como es el caso de las farmacias.
Vía | Diario de Sevilla
Imagen | Daquella manera
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