La posibilidad de ubicuidad que proporciona un negocio online nos permite plantearnos de una manera más inmediata la posibilidad de internacionalización de nuestro negocio.
Esto se hace especialmente patente en el ámbito de la Unión Europea donde el tránsito de mercancías está completamente liberalizado y hay una normativa más o menos homógenea.
A priori sabemos que aplicando la legislación nacional del país proveedor puede ser suficiente pero no siempre es así porque la normativa de en lo referente contratación, válidez de los términos y condiciones generales o la ley de garantías pueden diferir de un país a otro.
Para el caso británico la legislación prioriza la libertad contractual de los minoristas online. Se ha adoptado un enfoque favorable a los comercios en lo referente a la formalización de contratos y a la validez de los términos y condiciones generales.
Sin embargo, en cuanto a la ley de precios y la ley de garantías tiene que observarse algunas normas. Por ejemplo, se pueden ofrecer descuentos, pero sólo si muestran una comparación de precios (el precio anterior en la tienda online, el precio de otra tienda, el precio de venta recomendado o el precio del fabricante). Los descuentos especiales para artículos rebajados y los precios de lanzamiento no deberían aplicarse durante más de un mes.
Las disposiciones de la ley de garantías son similares a los estándares comunitarios. Sin embargo, la legislación británica no diferencia entre bienes nuevos y usados. Las reclamaciones de garantía de los consumidores están sujetas a un período de prescripción de 6 años (5 en Escocia) a partir de la recepción de los bienes.
Por tanto, si te interesa el mercado anglosajón debes de tener en cuenta las particularidades existentes tanto en lo referente a los precios como a las garantías.
Imagen | hostsh En Pymes Y Autónomos | Venta online en Europa: Francia