Alguien dijo: "Si una idea es buena, me la podrá contar en una frase". Nuevos negocios, profesiones, proyectos..., son difíciles de explicar y no debiera ser así. Por la crisis, por moda, por mil razones han aparecido profesiones que son difíciles de comprender para qué sirven.
En algunos perfiles de Twitter junto a la famosa almohadilla algunas personas se describen con una jerga que sólo conocen unos cuantos, pero si tuviera que responder a esta sencilla pregunta ¿Y usted a qué se dedica?, ¿lo podría explicar con pocas palabras?
No se trata de elevar lo sencillo o simple a los altares sino que aprovechando que una crisis pasaba o pasa por aquí, son muchas las nuevas "profesiones" de las que unos cuantos viven a costa de explicar no sabemos muy bien el qué. Por ejemplo en el sector del marketing y la comunicación.
Hace unos días hablé con un hombre que me explicó cómo había transcurrido su vida laboral. Había trabajado en dos empresas tras aprender un oficio donde la precisión y las matemáticas estaban presentes junto a máquinas que él debía ajustar.
Máquinas que a su vez servían para elaborar un producto. Lo entendí enseguida. El problema hoy día viene cuando a pesar de conocer un sector,tropiezas con personas que dicen desempeñar un trabajo que en realidad no conocen y ni les gusta.
Imparten conferencias, incluso algunas universidades les ceden un lugar para ser profesores asociados y se limitan a repetir una y otra vez lo que les han enseñado en cursos sobre marketing online, SEO, SEM. Jamás han asesorado a ninguna empresa.
Internet ha servido para mucho y bueno, pero también para lo contrario, como tropezar con 'gurús' que se colocan el título de jefe, CEO (que suena mejor) y luego añaden todas esas etiquetas que mencioné antes.
Obviamente existen profesionales dentro del marketing que llevan años aprendiendo y trabajando, pero ahora es más difícil verlos: el intrusismo ha llegado para quedarse.
No me imagino al caballero de la máquina realizando un curso de un año o meses y arreglando con precisión averías que sólo él podía subsanar dada su experiencia.
Todos los oficios se aprenden trabajando. Por este motivo, muchos clientes temen contratar los servicios de algunos nuevos profesionales porque ¿el resultado será preciso...?
No todo se aprende en unos cuantos meses, ni leyendo un libro de nueve pasos, diez o veinte. Ni asistiendo a conferencias de personas que una vez quitadas las luces, la música y los millones de seguidores no podrían reparar máquina alguna. Cuidado con el falso gurú.
En Pymes y Autónomos|Qué bien se ven los toros desde la barrera,Sentido común en los negocios, por Ricardo Lop, de Aceros de Hispania
Imagen|Vinoth Chandar