La recuperación económica es, según la mayoría de expertos un hecho. Con un crecimiento del PIB en torno al 3%, uno de los más elevados de toda la OCDE, y un ritmo de creación por empleo de un 4,11 %, el empleo por cuenta ajena está experimentando incrementos verdaderamente notables. No en vano, 2017 fue el año en que este la tasa de desempleo se situó en niveles nunca vistos desde antes de la crisis económica. En estas circunstancias, 2018 puede ser todavía mejor, avalado por las optimistas perspectivas de los principales organismos económicos internacionales.
Pero, ¿qué hay de los autónomos? Lo cierto es que 2017 fue peor de lo previsto. Con un crecimiento pírrico, de en torno al 0,33% en relación al año anterior, el año pasado el trabajo por cuenta propia creció a su peor índice de los últimos 4 años: en 2014, año en el que comenzó la recuperación de las variables macroeconómicas, el número de autónomos creció en 75.466 (2,5%), en 2015 en 42.193 (1,35%); y en 2016 en 26.211 (0,83%).
A esto hay que añadirle una rotación cada vez más elevada de este colectivo. Así, mientras que en 2016 hacían falta 21 altas para consolidar un trabajo autónomo, en 2017 han sido necesarias 26 altas. Es decir, cada vez son necesarias más afiliaciones a la Seguridad Social para consolidar un empleo autónomo, lo que redunda en una mayor precariedad en el empleo autónomo.
En este contexto de crisis para los autónomos, 2018 se prevé como un año también difícil. Según las previsiones de la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE), y teniendo en cuenta tanto los incrementos cada vez menores de las altas de los trabajadores autónomos como las incertidumbres sectoriales, territoriales y políticas, con especial foco en la situación en Cataluña, la asociación no es precisamente optimista en torno a la posible evolución del trabajo autónomo.
Según la secretaria general de la UATAE, María José Landaburu, el crecimiento del empleo autónomo seguirá siendo bajo, con una mayor rotación y menor ritmo de crecimiento, aunque todavía hay un halo de esperanza en las nuevas medidas introducidas dentro de la ley de autónomos, especialmente la tarifa plana. No obstante, la propia secretaria general ha incidido en la necesidad de consolidar el trabajo autónomot, y no tanto de apoyar la creación de nuevos emprendedores.
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