El estado de alarma en España estableció en su artículo 7 las limitaciones de la libertad de circulación, si bien exceptuó la asistencia y cuidado a mayores, menores, dependientes, personas con discapacidad o personas especialmente vulnerables.
Ante la situación de emergencia por la enfermedad Covid-19 no deben interrumpir en ningún caso las prestaciones domiciliarias que garanticen la cobertura de necesidades básicas esenciales. Pero tanto una parte como otra, no pasan por su mejor momento en plena crisis.
La crisis del coronavirus saca a la luz las condiciones laborales de las trabajadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD)
El sector de Ayuda a Domicilio en España está formado mayoritariamente por personal femenino y ocupa a cerca de 260.000 trabajadoras con una regulación que emana de la Ley de Dependencia de 2006 y que sufre una continua caída en su financiación desde entonces, aseguran desde CCOO.
Las duras condiciones con las que estas trabajadoras desempeñan su labor desde hace años y con las que lidian en esta pandemia para cuidar y proteger precisamente al grupo de población más vulnerable frente al Covid 19 demuestran un alto nivel de responsabilidad y compromiso que merece ser reconocido.
Servicios mínimos cuando los mayores necesitan de más cuidados
Algunas empresas que se dedican a ofrecer estos servicios a familias con padres o abuelos que necesitan un cuidado permanente, se han encontrado sin ningún tipo de ayuda, puesto que las propias trabajadoras se han visto obligadas a tomar 'vacaciones forzosas'.
Sin embargo, esta profesión tiene tanto o igual de vocación que la de médico o enfermero. Por ello, estas mujeres no entienden cómo se puede ver un negocio en algo que ellas realizan con afecto y cariño.
Quienes hemos tenido en casa algún tipo de ayuda, aunque fuera por un mes, por parte de estas profesionales, nos asombra que no se cumpla con unos requisitos mínimos: una buena protección para ellas y para los pacientes y un sueldo digno.
Mientras tanto, hay parejas y ancianos que viven solos sin ningún tipo de ayuda por parte de la dependencia. La crisis del coronavirus se ceba con los más vulnerables.
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