Los autónomos siguen declarando unos ingresos inferiores a los del resto de trabajadores. Así se desprende, al menos de la última Estadística de Rendimientos de actividades económicas, publicado recientemente por la Agencia Tributaria, y correspondiente a las declaraciones presentadas por los autónomos personas físicas que declaran su rendimiento en el IRPF y correspondiente al ejercicio 2018.
En concreto, ese año se presentaron un total de 3.187.715 declaraciones de autónomos, con una base imponible total de 62.746 millones de euros. Dicho de otro modo, de media, los autónomos declaran unos ingresos de 21.917 euros brutos al año. En este cálculo se incluyen únicamente la base imponible general, que se corresponde con los rendimientos por actividades económicas, sin incluir los rendimientos del capital
Eso sí, los ingresos dependen, y mucho, del tipo de negocio, y más concretamente, de su tamaño. Así, mientras los autónomos sin asalariados declararon una media de 20.942 euros brutos al año, los autónomos con más de 20 asalariados, que representan tan solo el 0,5 por ciento del total de declaraciones, obtuvieron unos rendimientos de actividades económicas de 50.896 euros brutos al año.
Esta cifra contrasta con el salario de los trabajadores por cuenta ajena, es decir, aquellas rentas obtenidas como rendimientos del trabajo. Para el mismo periodo de tiempo, es decir, 2018, el salario se situó en 24.009,1 euros según datos del INE, es decir, en torno a un 10 por ciento superiores a la cifra declarada por los autónomos.
Esta cifra, siendo baja, representa un crecimiento de un 4,74 por ciento respecto al ejercicio 2017. Es previsible que esta cifra hubiese aumentado a lo largo de 2019, pero lo más probable es que, en el ejercicio 2020, cuando se hayan consolidado todas las declaraciones, veamos una caída abrupta provocada por la crisis de la covid-19.