A punto de cumplir el primer año desde que se decretase el primer confinamiento en España, ATA ha hecho balance sobre el impacto de la pandemia sobre el tejido productivo español, y más concretamente sobre los autónomos. Y tal y como se puede prever, los datos son muy malos para el colectivo.
En concreto, según la Federación de Trabajadores Autónomos (ATA), los autónomos estiman en más de 70.000 millones de euros su pérdida desde que comenzó la pandemia. Estas perdidas han provocado que haya más de 300.000 autónomos que prevén cerrar a lo largo de este 2021.
El motivo de tal sangría es evidente: las restricciones impuestas por las autoridades para frenar la expansión del coronavirus está teniendo un impacto enorme sobre los negocios de muchos sectores. En la actualidad, más de dos de cada tres trabajadores por cuenta propia, el 68,3 por ciento, tienen algún tipo de restricción en su negocio.
La situación es aún peor para 565.000 autónomos que en la actualidad tienen sus negocios o actividades cerradas en estos momentos, lo que supone el 17,4 por ciento del total de autónomos encuestados por la asociación. Y un 51,2 por ciento afirma que, aunque está abierto, está funcionando al 50 por ciento.
Si esto finalmente se confirma, estaríamos ante una caída de la actividad sin precedentes. Un 81,2 por ciento de los autónomos aseguran que su facturación se ha visto reducida con respecto al año anterior, y seis de cada diez afirman que la caída en la facturación ha sido superior al 60 por ciento.
Todo apunta a que esta situación todavía durará unos meses, al menos hasta que se controle de manera definitiva la pandemia. Hasta que eso ocurra, las administraciones deberán mantener las medidas actuales para evitar que el cierre de negocios sea aún peor, y nada hace ver que este año se vaya