El Gobierno ha ampliado hasta el 31 de diciembre las ayudas del Plan MOVES III para la compra de turismos y furgonetas híbridas y eléctricas. En el caso de los autónomos, pueden obtener hasta 9.000 euros de subvención al cambiar su vehículo por uno impulsado por electricidad.
El Plan MOVES III ha aumentado 350 millones de euros su presupuesto. Con estos nuevos fondos, los autónomos podrían optar a dos ayudas:
- La adquisición directa o por medio de financiación por renting de vehículos eléctricos y de pila combustible.
- La adquisición directa e instalación de los sistemas de recarga de baterías para vehículos eléctricos.
Sin embargo, dentro del colectivo de los autónomos no está surtiendo efecto el plan y la adquisición de este tipo de vehículos enchufables sigue siendo cara, de todas formas, veamos en qué puede beneficiar estos nuevos incentivos para hacerse con un coche o furgoneta eléctricos.
Falta de puntos de carga y autonomía
Según el estudio del Observatorio Cetelem, los motivos principales por los que los españoles no apuestan por un vehículo híbrido o eléctrico son los escasos puntos de carga, el precio, ya que es más elevado que un vehículo de gasolina o diésel, y la poca autonomía.
Otro añadido es la tardanza en recibir las ayudas, ya que tras la compra de un coche de estas características pueden tardar hasta un año y medio en recibirse la subvención.
Ventajas y desventajas de adquirir un vehículo eléctrico en 2024
Puede que el desconocimiento del Plan MOVES III también sea un obstáculo para que los ciudadanos no elijan un coche eléctrico para moverse tanto a nivel particular como profesional, en el caso de los autónomos.
Este Plan permite a los autónomos obtener ayudas para comprar coches eléctricos que no superen los 45.000 euros, como furgonetas o ciclomotores. Los taxistas pueden obtener una bonificación de hasta el 10% en la compra de un vehículo eléctrico, cuando su coche tenga más de siete años de antigüedad.
En cuanto al problema de la recarga, la ayuda será del 70% del coste de instalación en el caso de particulares y autónomos, y en el caso de las medianas empresas será del 45% y para las pequeñas empresas del 55%.
Hablamos de 200.000 euros de ayuda para los trabajadores por cuenta propia y de 800.000 para las pymes.
Sin embargo, el problema sigue siendo, a pesar del aumento en las subvenciones: el elevado precio de los vehículos, la tardanza en recibir las ayudas y que la gestión dependa de las comunidades autónomas.