Seis de cada diez trabajadores estarían dispuestos a rebajarse su sueldo con tal de ser más felices en el trabajo. Esta afirmación, que no por repetida deja de ser verdad, nos hace pensar que lo habitual es precisamente lo contrario: trabajos donde el aburrimiento, el estrés y la falta de motivación son la nota predominante.
Este estado de ánimo afecta por igual a los empleados más jóvenes, a los mandos intermedios, a los jefes y a los directivos de una empresa, y no hay prácticamente ningún sector que se libre de este problema. Esto es al menos lo que se desprende del estudio de Emolument, en el que se ha preguntado a 1.300 personas sobre el aburrimiento en el trabajo. ¿Cuál dirías que son?
Los profesionales vinculados con el ámbito legal, como los abogados, son los que más se aburren en su trabajo. Más de ocho de cada diez personas que trabajan en este sector creen que su trabajo es soporífero. La gestión de proyectos se sitúa muy cerca, con el 78 por ciento, mientras que la asistencia, la contabilidad y la consultoría son las siguientes actividades más aburridas, con un 71, un 68 y un 67%, respectivamente.
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En el lado contrario, los trabajos menos aburridos son aquellos vinculados con la I+D, seguidos muy de cerca con las tareas ejecutivas, la enseñanza y los recursos humanos. Esto se explica porque son trabajos donde la curiosidad y la búsqueda de la mejora constante provocan una dinámica positiva que contribuyen a mantener a los empleados motivados y alerta.
Desde luego, el aburrimiento en el trabajo es una de las mayores preocupaciones de muchas empresas. Se trata de una cuestión importante que desafía la gestión de la organización, cuya solución es clave para entusiasmar a los equipos y mejorar la productividad de las empresas.
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