Es una de las leyes básicas de la economía, tal y como la tenemos definida hasta ahora. Si existe mucha oferta de determinados productos o servicios, estos bajan su precio y viceversa. No me voy a extender en exceso, porque no soy economista, porque antes o despues en El Blog Salmón realizarán una magistral exposición al respecto en su sección de Conceptos de Economía y porque hasta mi bisabuelo en los años 30 entendía este mecanismo por su propia experiencia, sin saber leer ni escribir.
Pero parece ser que hay gente por ahí que todavía no se ha enterado. A lo que voy, el Presidente de la Asociación de Promotores y Constructores, Guillermo Chicote, ha expresado el sentir popular del colectivo que preside con la siguiente "lindeza":
"Que nadie espere que el precio de la vivienda baje un 30 o un 40 por ciento porque, antes de eso, se lo regalo al banco".
Me he quedado perplejo, y voy a definer la frase, como la ""Ley de Chicote y el ladrillo", aunque más perplejo se habrá quedado el director de la oficina bancaria que le tenga financiada alguna promoción a este caballero. Yo creía que con "La banca es muy puta" había colocado el listón a un nivel insuperable... Me equivocaba, tenía más ases en la manga. Respecto la bravuconada, es mejor ni oirla, porque al banco no le vas a regalar nada, o le pagas la hipoteca de promoción si no la has vendido o te la embargan. Los regalos, para los cumpleaños.
Pero lo mejor viene aquí. El caballero considera que hay que seguir construyendo al mismo ritmo que el actual, y por si fuera poco, le pide al Gobierno una subvención sobre los tipos de interes para los hipotecados. Pues sí, no es mala idea; "En mi empresa también han caido las ventas, cuando entro a un banco me piden aval hasta para ingresar en la cuenta y me podían subvencionar hasta el papel higiénico". Creo, que para presidir un colectivo, hay que tener, al menos mesura en las palabras y respeto en las formas, cuestiones que este hombre pierde cada vez que hace algún tipo de declaración.
Para mí, ha realizado un insulto a los promotores que se encuentren estrangulados, así como a todo el colectivo de empresas de este pais, porque todos sufrimos la restricción de crédito. un menor consumo casi generalizado y debería exprimirse un poco el coco para plantear algunas soluciones coherentes. Las chulerías de la taberna para la taberna.
Con el dinero del estado a todos nos cuadran las cuentas, pero ese sale del bolsillo de todos. ¿Por qué no se le ocurre plantear por ejemplo un cambio en los tipos de referencia de los créditos hipotecarios? ¿No es mejor solución aplicar esta medida vía decreto ley? ¿No animaría el consumo y desahogaría a particulares y a muchas empresas? Pero bueno, eso es otro cantar.....
En Pymes y Autónomos | La crisis frente a los defectos del mercado
Vía | Intereconomía , Ideal
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