En esta época de crisis en la que encontrar nuevos clientes y mantener a los actuales es una cuestión de superhérores, las pymes y los autónomos cuentan con una herramienta que les abre la puerta a nuevos mercados: Internet. Me explico. La Ley 30/2007, de 31 de Octubre de 2007, sobre los Contratos del Sector Público (LCSP), entró en vigor el 1 de mayo de 2008. Esta ley supone un nuevo marco legal que revoluciona la contratación con las Admistraciones públicas y sus entidades colaboradoras. En definitiva, cambia la forma de hacer negocios que tenía hasta ahora la administración.
Desde la entrada en vigor de la LCSP, los poderes públicos están obligados a crear un perfil de contratante para adjudicar sus contratos. Este perfil de contratante se tiene que haber concretado en una página web institucional en cada caso. El perfil puede incluir todos los datos e informaciones sobre la actividad contractual, como los anuncios de información previa, las licitaciones abiertas o en curso y la documentación relativa a las mismas, las contrataciones programadas, los contratos adjudicados, los procedimientos anulados y cualquier otra información útil.
Y eso a las pymes y autónomos, ¿en qué les afecta? En mucho. Si dedican unos minutos diarios a bucear, por ejemplo, por Contratación, la plataforma de contratación del Estado, descubrirán multitud de licitaciones públicas a las que optar. Obras de edificios, instalación de aires acondicionados, suministros de lavandería, material de oficina, servicios… y así hasta un sinfín de cosas que necesita comprar y contratar cualquier empresa. ¿No es una gran oportunidad que el mayor contratista de España ponga todos sus necesidades en un solo lugar para que le manden ofertas?
Pero el Estado no es el único al que obliga esta nueva ley. Las entidades que están sujetas a esta normativa, se agrupan en tres niveles:
- Administraciones públicas: Estatal, Autonómica, Local, Organismos Autónomos, Agencias Estatales y Universidades
- Todos los entes públicos empresariales
- Entes públicos no destinados a actividades mercantiles o industriales, sociedades de capital público con más de un 50% del capital social o fundaciones cuyo patrimonio fundacional exceda esa participación. Aquí también están incluidas las Mutuas de Accidentes de Trabajo de la Seguridad Social.
Como se puede ver, el Gobierno central sólo es la punta del iceberg de esta gran tarta que está esperando para que las pymes y los autónomos le hinquen el diente. Así que buen provecho y a pasar horas navegando por la red. Y si no dispones de tiempo, multitud de emprendedores prestan ya servicios para facilitarte los contratos que más te interesen, segmentados por las categorías que prefieras. Está claro, esta gran tarta dará de comer a muchos…
Imagen | Nick Benjaminsz