Durante la crisis el descenso en los pedidos obligó a muchas empresas a realizar ajustes en su plantilla si querían sobrevivir. Los ERE eran algo habitual en muchas organizaciones hasta entonces solventes. Pero ahora el momento económica ha cambiado, razón por la cual el Ministerio de Trabajo busca limitar la opción del despido colectivo por causas empresariales.
Así lo manifestó la secretaria de Estado de Empleo, Yolanda Valdeolivas. No se trata de erradicar dicha figura, sino que sea la última opción para que exista un diálogo con los trabajadores antes de adoptarla, y no sea una imposición, en la que poco o nada se puede negociar.
Dicho con otras palabras, si las empresas quieren acogerse a dicha medida lo van a tener más difícil. La flexibilidad interna tendrá que ser mayor, garantizando el diálogo con los representantes de los trabajadores y los agentes sociales.
El objetivo es recuperar la calidad en el empleo, ya que desde 2008 se ha precarizado y es el momento de volver a mejorar la protección que tienen los trabajadores. Ahora no es el momento de facilitar el despido para asegurar el futuro de la empresa, sino de mejorar las condiciones de trabajo.
En este sentido también se apunta la recuperación del convenio colectivo como herramienta para mejorar las condiciones del empleo y su prevalencia sobre el convenio de empresa. En definitiva, revertir algunos de los aspectos más perniciosos para los trabajadores de la reforma laboral.
Lo cierto es que son buenas intenciones, pero que sin unos presupuestos de 2019 aprobados y con unas elecciones a corto plazo dudo mucho que se den las condiciones para realizar una negociación de este tipo, que necesitaría de consenso entre todos los agentes sociales para que sea una medida de calado.
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