Cabría pensar que, con una de las tasas de desempleo más altas de la Unión Europea y unos salarios que en muchos sectores se sitúan al borde del nivel de subsistencia, las empresas tendrían bastante facilidad para cubrir sus puestos vacantes. Nada más lejos de la realidad; más de la mitad de las compañías españolas tienen dificultad para encontrar trabajadores en el mercado que cubran sus puestos vacantes.
Así lo afirma, al menos, el último estudio elaborado por Ranstaad y titulado Déficit de talento y desajuste de competencias. En concreto, el 55% de las empresas encuentran dificultades para cubrir estos puestos de trabajo, fundamentalmente debido a las nuevas tecnologías, las nuevas pautas de trabajo y los cambios estructurales de las compañías.
Los puestos que son más difíciles de cubrir son los de los empleados cualificados y altamente cualificados, es decir, aquellos que han cursado una formación profesional y un grado o un posgrado, respectivamente. En ambos casos, un 53% de las empresas encuentran dificultades para cubrir estos puestos, por tan solo un 18% de los trabajadores menos cualificados.
Por profesión, las vacantes más difíciles de cubrir son las de médicos, seguidos de los especialistas en IT, ejecutivos de compra y venta e ingenieros. En el lado contrario, los puestos de trabajo para los cuales hay superávit de profesionales son los de ejecutivos de servicio al cliente, especialistas en finanzas y abogados.
De hecho, más del 35,5% de las empresas tarda más de dos meses en encontrar el candidato adecuado para las ofertas más difíciles, frente al 12,7% de las vacantes generales, y casi el 60% de las mismas consigue encontrarlo en menos de un mes.
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