Los reclutadores de márketing ya no dan trabajo a nadie que no cumpla todos estos requisitos. Y pronto pasará en muchos más sectores

Los reclutadores de márketing ya no dan trabajo a nadie que no cumpla todos estos requisitos. Y pronto pasará en muchos más sectores
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El sector publicitario está experimentando una transformación profunda, marcada por la creciente demanda de habilidades técnicas (hard skills) y blandas (soft skills) en un entorno laboral en constante cambio. El Observatorio de la Publicidad 2024 compartía que la actividad publicitaria contribuyó al 1,21% del PIB nacional, evidenciando su relevancia económica.

Entre las tendencias más destacadas, las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial (IA) juegan un papel clave, que permiten analizar grandes volúmenes de datos (Big Data), automatizar procesos y optimizar tareas. Sin embargo, la creatividad y la estrategia humana siguen teniendo  un papel fundamental para su efectividad. En el espacio publicitario, esto se traduce en generar campañas efectivas y conectar con las audiencias.

La (verdadera) era digital

Según compartía Business Insider, la demanda de profesionales con estas habilidades técnicas no ha dejado de crecer, algo que mantiene una cara oculta: aquellos perfiles que no se mantienen flexibles y enfocados en seguir  formándose, priorizando el aprendizaje de habilidades de datos y tecnología, lo tienen cada vez peor.

En este sentido, aquellos sectores en los que la IA ha permitido automatizar procesos han percibido recortes presupuestarios y fusiones entre grandes agencias (algo que sabemos que ocurrirá en este y otros sectores), reduciendo el número de puestos sénior y con una progresiva desaparición de los mandos intermedios.

Por el contrario, según un análisis realizado por LinkedIn, aquellas que siguen necesitando de una clara acción humana (por ejemplo, influencers, comercio electrónico o publicidad en medios) han aumentado su retorno de la inversión a corto plazo, ya que son cada vez hay más tareas que se automatizan por la inteligencia artificial (y obligan a los profesionales a apoyarse en tecnología que permita demostrar resultados también).

En cambio, el diseño web o las campañas de e-mail marketing son un ejemplo fácil de automatizar que cada vez requiere de menos perfiles formados y tiende a reducir puestos de trabajo.

Habidades técnicas

De este modo, entre las habilidades técnicas más buscadas, los candidatos deberían tratar de dominar la gestión de datos, el aprendizaje automático y la integración de tecnologías en sus puestos de trabajo.

En este caso, hablamos de habilidades adaptadas a la publicidad y su relación con clientes y marcas, pero que tiene un paralelismo claro con otras áreas, desde medios de prensa a marketing, comercio electrónico y, en realidad, casi cualquier área que permita cierta automatización.

Además, las agencias valoran perfiles capaces de coordinar capacidades de datos, tecnología y contenido a gran escala, conocimientos avanzados que reflejan la creciente complejidad del entorno digital.

Habilidades blandas

Todo ello, sucede en entornos profesionales sometidos en constante cambio, por lo que las empresas valoran enormemente la adaptabilidad, una mentalidad abierta y el aprendizaje continuo en los perfiles de sus trabajadores.

Los reclutadores destacan la curiosidad y el optimismo como cualidades esenciales para enfrentar los retos del sector y ofrecer soluciones innovadoras, entre las que destaca la experiencia internacional, que se considera que enriquece las perspectivas de los profesionales, permitiéndoles abordar problemas de negocio desde enfoques más diversos y creativos.

Por último, en una época donde la tecnología va a ir ganando más y más peso, la cercanía con los clientes, puede ser un enfoque básico para entendernos y construir relaciones comerciales sólidas y sostenibles en el medio y largo plazo.

La evolución del sector publicitario es una muestra clara de cómo las dinámicas laborales están cambiando en todos los sectores. Los profesionales que quieran destacar deben apostar por la formación continua y, si es posible, el dominio de herramientas tecnológicas avanzadas para su perfil. Los fondos NextGenEU tenían, en origen, esta finalidad, entre otras, pero el retorno de la inversión europea no se prevé demasiado halagüeño.

Lo que sí está claro es que el éxito futuro parece depender de equilibrar la innovación tecnológica con las habilidades humanas. Aquellos que logren dominar esta dualidad estarán mejor preparados para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades de un mercado laboral en constante cambio.

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