En un par de días, he leído dos entrevistas que nos dicen mucho sobre la postura de la patronal respecto a la crisis. La primera, con Francisco Aranda, presidente de la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (AGETT). La segunda, con Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la CEOE. Ambos coinciden en que, hoy por hoy, el principal problema de las empresas españolas es la falta de crédito.
Frente a este problema, se insiste en que la solución debe ir dirigida hacia la reforma del mercado laboral, para lo cual hay que conseguir la flexibilización de los contratos y del despido, la participación de las ETT en la administración pública, la reducción en las cotizaciones a la Seguridad Social, etc. Pecando de ingenuo, me pregunto ¿alguna de estas medidas va orientada a solucionar el problema del crédito?
Obviamente, la respuesta es no. Durante los últimos diez años, la cultura empresarial imperante ha sido culpar al trabajador de los problemas de la empresa. En los últimos 10 años, en los que se produjo un desarrollo económico importante, las empresas obtuvieron beneficios considerables. Entre otros factores, aprovechándose de un contexto de mano de obra barata, tanto cualificada como no. En ese momento, los beneficios no se tradujeron en mejoras salariales o de otro tipo. La excusa que se utilizó en esos días fue mantener a raya el fantasma de la inflación.
Diez años después, los fantasmas son otros. "Falta crédito", "el sistema laboral está desfasado", "el gobierno no nos comprende", "los sindicatos se aprovechan de la situación", etc. Todo excepto reconocer que, en todo este problema, las empresas también han tenido algo de culpa.
Si queremos hacer frente a los retos que plantea esta crisis, como empresas tenemos que afrontar nuestra responsabilidad. Esto implica que, si hay que echar a trabajadores a la calle porque las cuentas no salen, habrá que hacerlo. Lo que no podemos hacer es aprovechar una situación en la que ganamos menos (pero seguimos obteniendo beneficios) para reducir plantilla y que el trabajo de veinte lo saque la mitad. Del mismo modo, si no hay crédito disponible, quizá este sea el momento para rediseñar la estructura de la empresa y dejar de depender de financiación externa para la actividad diaria.
Por último, y esto es una reflexión personal, no creo que los empresarios (a pesar de ser autónomo me incluyo) podamos permitirnos que alguien que no paga a sus trabajadores sea el portavoz de la patronal. Va en nuestra contra y perpetua nuestra imagen de explotadores.
Vía | ABC, El Correo Digital Imagen | Daquella manera En Pymes y Autónomos | Primera propuesta seria de reforma del mercado laboral