Cuando hablamos de siniestralidad, todos pensamos automáticamente en el albañil, que se ha caído en el tajo desde un quinto piso, por no llevar arnés de seguridad. Aunque este tipo de tragedias son los más frecuentes (y mediáticas), no nos olvidemos que los accidentes de tráfico asociados a desplazamientos profesionales suponen un 40% del total.
Parece que la situación es lo suficientemente preocupante como para que la DGT se haya puesto manos a la obra. En el número de agosto de la revista Tráfico (editada por este organismo) podemos leer un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid. Tras analizar los accidentes del periodo 2007-2007, las conclusiones son reveladoras: el dato de accidentes respecto al total es de 9,4, doblando el de los camiones y quintuplicando el de los autobuses.
Las causas de este problema se encuentran en una menor regulación que otros vehículos profesionales. Mientras que camiones y autobuses disponen de tacógrafos, los conductores de furgonetas no están sujetos a limitación ninguna en materia de número de horas al volante. Esto, unido a un entorno de conducción urbano (donde es mucho más fácil estresarse que conduciendo un monstruo de 10 toneladas en autovía) tiene como consecuencia una mayor tasa de accidentes.
Obviamente, la solución viene por parte de empleadores y empleados en el ámbito del transporte. Por un lado, los empresarios deben ser conscientes del gasto económico y humano que supone tener a un conductor más de 8 horas al volante. La reducción de la siniestralidad no es una tarea que persiga motivos puramente "buenistas". Implica también una reducción de gastos asociados a accidentes, seguros, revisiones en taller, etc. Asimismo, los trabajadores también deben asumir su parte en esta tarea, ya que por mucho que sus jefes mejoren sus condiciones de trabajo, si continuan conduciendo como locos (como podemos comprobar a diario) no servirá de nada.
Del mismo modo, va siendo hora que la administración se implique, al igual que ha hecho para reducir la siniestralidad de motocicletas y turismos. Un tacógrafo o sistema similar, adaptado a las condiciones específicas del transporte urbano e interurbano a corta distancia, sería la solución ideal para ejercer un control efectivo sobre este tipo de accidentes.
Vía | Revista Tráfico Imagen | Rudeworks En Pymes y Autónomos | Los autónomos tienen menos siniestralidad, Siniestralidad laboral: sigue muriendo mucha gente en el trabajo