El falso autónomo es una figura que está cada vez más en boga. Las recientes sentencias en contra del modelo habitual de ciertas plataformas digitales ha supuesto un punto de inflexión, y ha puesto en la diana a todas las empresas que cuenten dentro de sus plantillas a empleados que están dados de alta en un régimen que no les corresponde.
Los conocidos como falsos autónomos son aquellos que perciben un salario y unas condiciones idénticos al de los asalariados de esa empresa pero que están dados de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Esto hace que, además, tengan que realizar las inversiones por su cuenta y proveerse de sus propios medios de producción, cuando deberían tener una relación laboral con la empresa a la que prestan sus servicios.
Esta condición es ilegal y si se detecta puede ser motivo de sanción. En general, las sanciones van desde los 3.126 a los 10.000 euros y la obligación del pago de todas las cotizaciones sociales del trabajador de los últimos cuatro años al Régimen General. A esto se le añade una multa por no haberlas abonado en su momento de entre el 100 y el 150% de las cantidades no pagadas.
En principio, el falso autónomo no recibirá ninguna multa aunque sea consciente de esta situación. Eso sí, existen dos supuestos que sí que pueden originar una sanción:
- Que se haya desgravado el IVA en alguna de sus liquidaciones.
- Que haya acordado con el empresario la percepción de alguna prestación de la Seguridad Social, como el cese de actividad.
Por tanto, si tienes un falso autónomo contratado, deberías regularizar su situación lo antes posible. Es una figura que cada vez va a ser más objeto de inspección con el fin de detectar posibles irregularidades. Además, cabe esperar que la justicia haya abierto una vía para interponer denuncias y tratar de regularizar la situación de este tipo de trabajadores.
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