La primera noticia que conocíamos en el día de ayer era que el Banco Santander había comprado el Banco Popular por el simbólico precio de un euro, y que llevaría a cabo una ampliación de capital de 7.000 millones de euros para realizar un saneamiento completo de la entidad rescatada.
Sin entrar a valorar los pormenores de la operación, son millones de depositantes, ahorradores y clientes de otros productos quienes tienen su dinero en esta entidad, y que se preguntan qué va a ocurrir a partir de ahora. Algunos incluso quienes temen que esta operación pueda suponer una pérdida de sus ahorros.
Nada más lejos de la realidad. Al igual que ocurría con la reestructuración financiera de las cajas de ahorro de hace unos años, a corto plazo el cliente apenas notará la transición de una entidad a otra, más allá del evidente cambio de imagen que sufrirá su operativa habitual y su comunicación con el banco.
Otro cantar es lo que suceda con las cuentas corrientes y, en general, los depósitos bancarios, que se adaptarán a las actuales condiciones del Banco Santander. En cualquier caso, hay que mencionar que los depositantes no sufrirán pérdidas en ningún caso, ya que el Fondo de Garantía de Depósitos garantiza los primeros 100.000 euros por titular y entidad.
No obstante, los préstamos bancarios, como las hipotecas, no deberían sufrir cambios en las condiciones mientras no se renegocien, en cuyo caso el cliente podría subrogarse para obtener unas condiciones más beneficiosas con otra entidad.
¿Y qué ocurre con mis inversiones?
Los fondos de inversión y otros productos de inversión pasarán a la gestora del Banco Santander. Sin embargo, son los accionistas del Santander y del Banco Popular quienes más problemas tendrán para mantener sus ahorros e inversiones.
Los primeros, porque la próxima ampliación de capital del Santander podría tener efectos en el valor de la acción, al diluirse con la entrada de nuevos capitales. Y para el Banco Popular porque los fondos que tengan exposición a sus acciones o bonos perderán la totalidad de la inversión.
En cualquier caso, no hay por qué alarmarse. La compra del Popular por parte del Santander ha supuesto un auténtico alivio para los clientes de la entidad y, además, servirá para que no le cueste ni un solo euro al erario público.
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