Nos hemos acostumbrado a un contexto de tipos cero e incluso negativos que tiene muchas repercusiones sobre nuestro día a día. La financiación es cada vez más barata pero, a cambio, la rentabilidad que los productos sin riesgo ofrecen a los ahorradores es exigua. Sin embargo, es posible que este escenario cambie cuando las condiciones económicas lo permitan.
En Estados Unidos, por ejemplo, ya se han dado pasos para cambiar el rumbo de la política monetaria. La Reserva Federal ha subido siete veces consecutivas los tipos para establecerlos en una horquilla de entre el 1,75% y el 2%. Por su parte, el Banco Central Europeo anunció en junio que reduciría su programa de estímulos de forma gradual, aunque no subirá tipos hasta al menos mediados de 2019.
Pero, ¿en qué me afecta eso a mí, que tengo una mediana empresa? Lo cierto que en mucho. El Banco de España ha publicado un análisis de cuál podría ser el impacto de un aumento de los costes de financiación de las empresas, consecuencia directa de un cambio en el rumbo de la política monetaria del BCE, y las conclusiones no pueden ser más negativas.
Por ejemplo, un eventual aumento de 200 puntos básicos en los tipos de interés de la financiación (que se situasen en un 2%, el peor escenario planteado por el BdE) podría reducir la ROE, uno de los indicadores de la rentabilidad de las empresas, en unos 1,5 puntos porcentuales, y tendrá un impacto mucho más negativo sobre las pymes que sobre las grandes empresas.
Y lo peor es que millones de puestos de trabajo están en el alero: en este escenario, el porcentaje de puestos de trabajo vinculados a empresas en situación de vulnerabilidad, entendiendo como tales aquellas que durante dos ejercicios consecutivos presentan unos ingresos ordinarios inferiores a sus gastos financieros, se elevaría hasta el 6,4%, o 1.257.360 empleos que podrían estar en riesgo.
Las pymes se verán muy castigadas por esta subida de tipos, especialmente aquellas que tengan una elevada dependencia de la financiación bancaria. Según el análisis de vulnerabilidad realizado por el Banco de España, el 20% de las deudas del segmento de pequeñas y medianas empresas podrían quedar en riesgo de impago. Aunque, eso sí, estamos ante el peor de los escenarios planteados, y hay que prever que la subida será paulatina.
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