El pasado 16 de enero de 2021 entró en vigor el Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales, aprobado por la Ley 4/2020, de 15 de octubre. Se trata de una tasa que grava con un 3 por ciento los servicios digitales de publicidad en línea, de intermediación en línea y de transmisión de datos. Pues bien, con menos de una semana de aplicación, sus efectos ya se han hecho notar, y no solo sobre las grandes tecnológicas, sino también, y muy especialmente, sobre las pequeñas empresas.
Así lo recoge Víctor Romero en un artículo de El Confidencial, en el que afirma que Amazon ya está empezando a cargar sobre las pymes españolas la tasa del 3 por ciento. La gigante tecnológica habría comunicado a sus proveedores un aumento en la tarifa para los productos vendidos a través de su plataforma con el fin de imputar el gravamen a 9.000 pymes que utilizaron su marketplace.
En concreto, según reza un comunicado que la multinacional fundada por Jeff Bezos, difundido por su filial Amazon Service Europe, la empresa estaría aumentando las tarifas por referencia ese mismo 3 por ciento para los productos vendidos en España para reflejar el impuesto adicional. Este gravamen también se aplicará a las empresas que venden en territorio español desde el extranjero.
Tal y como preveían algunos expertos, la famosa tasa Google ya se está dejando sentir en el comercio nacional. Una decisión que se tomó a consecuencia del retraso por parte de la Unión Europea y de otros países de la OCDE a la hora de poner en marcha una tasa de ámbito internacional o global, tal y como recoge la exposición de motivos de la citada ley. El objetivo: aumentar la recaudación a una cifra que oscilaría entre los 564 y los 968 millones de euros, según la AIReF.
El malestar entre las pequeñas y medianas empresas no se ha hecho esperar, especialmente en un marketplace en el que consideran que deben tener presencia, sobre todo por ser la referencia actual del comercio electrónico a nivel mundial.