No resulta sencillo, cuando se suele trabajar bajo demanda. Pero, lograr una buena base de ingresos recurrentes es un ingrediente necesario para lograr cierta estabilidad en tu proyecto como freelance. Combinados con una diversificación de fuentes de las que proceden reducirá de forma considerable el riesgo de vaivenes en el negocio y sentará las bases para abordar proyectos puntuales, y quizás mucho más ambicionados.
Es cierto que uno de los ‘encantos’ que tiene trabajar como freelance es la inexistencia de un mapa previo y, por tanto, la elaboración de uno propio. Decidir en qué proyectos trabajar, cuándo y de qué forma representa la ventaja fundamental para muchos de los profesionales independientes. Pero eso no implica, en absoluto, que no haya gastos estructurales que abordar y facturas que pagar.
Los ingresos recurrentes
Por esa razón, es necesario dotar de estabilidad al proyecto empresarial personal. Y eso sólo se consigue gracias a unos ingresos que se repitan en el tiempo de manera periódica. La proactividad es fundamental, para cambiar la fórmula de trabajo bajo demanda por otra en el que se ofrezca a los clientes un servicio o producto periódicos, que no supongan un esfuerzo inalcanzable para ellos y que, a la vez, sienten esas bases financieras para el profesional.
Las dos ventajas fundamentales:
- Estabilidad económica. Aseguran que el proyecto no hace aguas, permitiendo el equilibrio financiero imprescindible.
- Músculo para abordar otros proyectos puntuales que vayan surgiendo en el camino. Son, seguramente, los más ilusionantes, pero para conquistarlos sin que haya un agujero en la tesorería personal, es necesario músculo que lo darán los recurrentes.
La diversificación
Pero, junto a esta recurrencia en los ingresos, el otro ingrediente necesario es la diversificación. Es cierto que lo sencillo es lograr ingresos recurrentes a través de un gran cliente con el que contratar un servicio o producto específico. Se trata de la salida más habitual y, quizás, la más cómoda y segura a corto plazo. Pero supone colocar todos los huevos en la misma cesta económica y, por tanto, representa un riesgo evidente para el negocio.
No resulta sencillo, en absoluto. Pero ampliar la cartera de clientes ha de tenerse muy en cuenta. Aunque pueda parecer una obviedad, no siempre se consigue o se afronta con la suficiente energía. ¿Eso quiere decir que como profesional se debe rechazar todo proyecto estable que provenga de un gran cliente? Pues depende de la inversión en tiempo y recursos que necesite y de la disponsibilidad que dejaría para abordar otros frentes.
El equilibrio
Ser un profesional freelance es una gran oportunidad para encontrar proyectos que te apasionen, pero también obliga a un sano equilibrio con el que evitar vaivenes innecesarios y sustos financieros y económicos. Buscarlo es la única manera de darle continuidad al proyecto sin sobresaltos.
Ahora, el reto está en localizar estos dos fundamentales ingredientes en un entorno tan difícil como el actual. Hay que pelearlo mucho más, pero nadie dijo que fuera fácil. A por ello.
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