Los kamikazes, en el sentido que lo conocemos, es un término que se comenzó a utilizar en la II Guerra Mundial por parte del ejercito americano para referirse a los pilotos suicidas de las fuerza aerea japonesa. Morir matando en el más amplio y estricto sentido de la palabra.
Este mismo término, es un término que se puede llevar a cabo en la empresa cuando una organización que es una hucha sin fondo, bien por la crisis, mala gestión o cambios en el mercado que toma sus productos o servicios no acepta su existencia y ella misma se aferra en permanecer dentro del circuito económico. En este punto se convierte en un kamikaze empresarial.
Un kamikaze empresarial es aquel que dilapida hasta el último recurso disponible, comienza a vender a pérdida, no es capaz de realizar un plan de restructuración y saneamiento o simplemente deja que las situaciones adversas pasen y mete la cabeza en tierra cual avestruz asustada.
Estas figuras empresariales están comenzando a aflorar en las pymes como setas, porque para nadie es plato de buen gusto ni cerrar, ni despedir personal por la eliminación de líneas de negocio improductivas a corto plazo/medio plazo ni tampoco se toma la ayuda suficiente para reconducir el destino de la empresa.
Las únicas alternativas que sólo se ven en el horizonte son el crédito bancario para asumir pérdidas, ayudas estatales o mirar al cielo y esperar que caiga alguna subvención. La empresa tiene que ir por delante del mercado y prever los acontecimientos. Y si no se tienen esas miras o nos empeñamos en mantener un zombie semiviviente para estrellarlo contra el sistema, sólo conseguimos dañar más aún el tejido económico.
Ahí se encuentra gran parte del problema de las pymes con los impagos de otras empresas o los cierres de crédito indiscriminados para el total del tejido productivo. Nadie quiere tener relaciones con un kamikaze, es peligroso para nuestra propia supervivencia.
En El Blog Salmón | Moqueteros
En Pymes y Autónomos | Cómo cerrar una empresa zombie
Imagen | dlisbona