Personalmente, tenía mis dudas sobre si la política monetaria expansiva del BCE llegaría a la economía real en forma de financiación a las empresas, y más concretamente a las pymes. El elevado apalancamiento privado era un obstáculo casi insalvable para que el crédito volviese a fluir.
Pero toda la liquidez inyectada al sistema tenía que irse a algún sitio. Las condiciones de acceso a los préstamos hipotecarios para particulares son más atractivas que nunca y el interés que pagan las pymes por la financiación bancaria se ha reducido de manera notable. Esta es la razón por la que el crédito a las pymes ha mejorado, por primera vez en los últimos seis años.
Estos datos se desprenden del informe publicado por el Banco Central Europeo sobre financiación a empresas. El estudio se realizó el 16 de marzo sobre una base de 11.720 empresas, 1.500 de las cuales estaban radicadas en nuestro país.
Tanto en Alemania como en España, las pymes señalan que el favorable contexto económico general, unido a la mejora de la solvencia empresarial y la apertura del grifo del crédito por parte de los bancos comerciales son las principales razones que explican esta notable mejoría, aunque en realidad se trata de factores muy relacionados y dependientes entre sí. Para las pymes españolas, el acceso a la financiación constituye un problema cada vez menos grave, a diferencia de lo que ocurre en Grecia, por ejemplo, cuya situación continúa siendo muy grave.
Pese a todo, el coste de financiación continúa siendo demasiado elevado, en especial si lo comparamos con otras alternativas de financiación que han surgido como forma de afrontar la restricción crediticia. Esta es, además, la principal razón por la cual las pymes han reducido la todavía excesiva dependencia al crédito bancario, en especial si lo comparamos con otros países desarrollados, como Estados Unidos o Inglaterra.
Y el futuro puede ser todavía mejor. Se espera que las expectativas de crecimiento de la economía española sean aun mejores que lo inicialmente pronosticado por los diversos organismos e instituciones internacionales. Si la política monetaria expansiva del BCE continúa, se dan los ingredientes perfectos para que el crédito continúe fluyendo hacia la economía real.
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