El difícil proceso de desapalancamiento privado que la economía española comenzó con el estallido de la crisis parece estar dando sus frutos. Y es que la deuda viva de las empresas españolas se situó por debajo de la deuda de las empresas de la eurozona por primera vez desde 2004.
En concreto, a finales de 2015, la deuda de las empresas españolas cerró el año en el 104,8% del PIB, casi dos puntos porcentuales menos que la media de la zona euro, que terminó en 106,4%, y en un nivel muy inferior al pico alcanzado en 2010, donde alcanzó un nivel del 132,9% del PIB, según datos del BCE.
Pero, ¿qué significan estos números exactamente? En primer lugar, que el sector privado se está ajustando fuertemente, incluso en medio de una política de bajos tipos de interés que incentiva aún más el endeudamiento; y, en segundo lugar, que las empresas han conseguido sanear sus balances empresariales, mejorando su solvencia, reduciendo su vulnerabilidad ante shocks económicos y aumentando su competitividad.
Sin embargo, a estas esperanzadoras cifras se ha llegado tras un duro proceso de ajuste, caracterizado por la contracción y la caída de la actividad económica, que desembocó en una de las mayores tasas de desempleo del mundo.
Se puede decir, además, que la caída en los datos de deuda ha sido milagrosa, ya que se ha producido al tiempo que aumentaba la inversión mediante ahorro privado, sin necesidad de recurrir a mayores niveles de deuda. Cabe recordar que, durante este proceso, España ha conseguido reducir su enorme déficit comercial con el exterior.
Estos datos contrastan con los de la deuda pública, que en 2016 ha alcanzado la cifra psicológica del 100% del PIB, cuando en 2007 era tan solo del 35,5%. Un sector cada vez más endeudado que acaba siendo una losa sobre el crecimiento de las empresas, al drenar recursos que serían más productivos si los gestionasen las empresas.
Fuente | Cinco Días
En Pymes y Autónomos | La deuda empresarial, cada vez más baja
Imagen | PDPics