El periodo medio de cobro para la factura de un autónomo es de 84 días durante el primer trimestre del año, donde los deudores son tanto empresas de ámbito público como privado según datos de la ATA, la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos. Y es que al final los autónomos son los últimos de la fila a la hora de cobrar.
Al final los autónomos se convierten en financiadores de las administradores públicas. En un momento como el actual, muchos prefieren cobrar tarde, pero cobrar al fin y al cabo a cambio de hacerse con los contratos que ofertan las administraciones públicas. Y todo esto teniendo en cuenta que la ley de la Morosidad fija en 30 días el periodo de pago de las facturas.
La parte positiva es que a pesar de todo se reduce el tiempo medio de cobro respecto al trimestre precedente, lo que no deja de ser una buena noticia, aunque lo cierto es que el margen de mejora es realmente notable. Esperemos que ahora que se recuperan las recaudaciones de las arcas públicas esto repercuta directamente en tiempos menores para el abono de facturas.
Al final lo cierto es que tanto en el sector público, como en el privado, se aprietan las tuercas al más débil. Seguramente un autónomo no va a demandar a su ayuntamiento si no cobra cuando debe, pero una empresa de mayor tamaño puede tener un departamento legal mucho más persuasivo a la hora de cobrar.
Si a esto le sumamos la escasa acogida que ha tenido el IVA de caja, lo cierto es que además son doblemente perjudicados, porque además de no cobrar tienen que hacer frente a la liquidación de este concepto. Mejorar estos tiempos de pagos es una vieja reivindicación del sector, esperemos que se vea cumplida en algún momento.
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