Alimentación de alto rendimiento

Alimentación de alto rendimiento
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No soy precisamente un ejemplo de lo que aquí voy a contar, ni soy precisamente el maestro de la buena alimentación, pues mi oronda figura bien se encarga de demostrar lo contrario, y bien cierto es que mis practicas alimenticias personales además de perniciosas y perjudiciales (eso dicen) para la salud no son el ejemplo que debería seguir ningún empresario o profesional si quiere obtener el máximo rendimiento profesional.

¿Tan importante es la alimentación para nuestro desarrollo como empresarios o profesionales autónomos?, válgame mostrar mis reservas pues mi experiencia personal me demuestra que opíparas comidas no son sinónimo de bajo rendimiento, pero sí que es bien cierto que no son precisamente la opción más saludable para estar siempre “en pie de guerra” y en optimas condiciones, entonces, ¿cuál sería la alimentación ideal para el alto rendimiento del empresario y el profesional?

Antes de entrar a valorar cual sería una dieta determinada o concreta que nos permita sacar el máximo potencial, estar en forma, nunca demasiado pesados y sentirnos agiles para desempeñar nuestras funciones, decir que probablemente uno de nuestros principales enemigos sean las permanentes comidas, cenas y encuentros profesionales donde las comilonas (y las bebidas alcohólicas) hacen permanente y gozoso acto de presencia, por ello mantener el control y una línea clara ante tantos eventos se torna clave para mantenernos decentemente.

A partir de aquí podríamos entrar a debatir dietas y alimentos apropiados, no es esa mi función, no soy nutricionista, pero si indicar que unas pautas donde el alcohol tanto por motivos físicos como sociales lo delimitemos y la comida renunciemos a los excesos será la adecuada, por distribución a lo largo del día yo soy muy anglosajón, también soy de esa premisa de “desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un pobre”, pero esa máxima, no siempre es aplicable, veámoslo.

Mi ideal es un desayuno altamente fuerte, una comida muy frugal casi sin parar de trabajar y una cena ligera, el alcohol lo dejo como mucho para fuera de horas laborales, en horas de descanso podemos permitirnos unas salidas de tono, nunca en horas de estar al cien por cien. Pero no nos engañemos este ideal no siempre es posible, y mucho menos en las épocas que estamos trabajando en España o en países con cultura similar, pues corremos el riesgo de acabar haciendo todas las comidas altamente consistentes.

Y digo ello pues en España se estila mucho ir a comidas o cenas de negocios, ello conlleva regarlo con buenos vinos, comer más de lo debido, y si a ello le sumamos desayunos nada ligeros, nos podemos encontrar con una bomba de relojería de importantes consecuencias, por ello es importante que cada uno de nosotros tenga su esquema, su ideal que considera le hace rendir más, pero siempre adaptándolo y siendo realista con la realidad que le toca vivir.

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Imagen | jlastras

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