Esta semana, un conocido me comentaba que tenía una entrevista de trabajo. El puesto tenía muy buena pinta y las condiciones eran interesantes. Algo poco habitual para la que está cayendo.
Al encontrármelo unos días más tarde, la situación había cambiado por completo. La entrevista había sido un desastre. El empresario lo había tratado de tal forma que, llegado un momento, se levantó y abandonó el despacho. Asombrado, le pedí que me contara la experiencia en detalle. La historia era una sucesión de errores en materia de selección de personal. Precisamente por lo extremo de la experiencia (estas situaciones no suelen darse) os dejo una lista de cuestiones a tener en cuenta al seleccionar a futuros empleados:
- La educación es lo primero: En este caso, el entrevistador no se digno ni a dar los buenos días, pasando directamente a la entrevista. Cuando hablamos de malas impresiones, esta es una de las cosas a las que me refiero.
- Ser empresario no te convierte en un ser superior: En todo momento, la entrevista se produjo en unos términos de jerarquía del tipo “yo soy el que manda y tu estás aquí para hacer lo que te diga”. Una persona que trabaja para nosotros está subordinada en el sentido profesional. Y punto. Es decir, tiene que hacer lo que le pidamos dentro de los términos de su contrato. Eso no implica ninguna superioridad personal (aunque de acomplejados está lleno el mundo). De hecho, las posturas autoritarias en el trabajo no contribuyen a que los empleados sean productivos, sino más bien todo lo contrario.
- Léete el CV antes de la entrevista: Aunque es cierto que la mayoría de la gente tiende a mentir en su currículum, de ahí a tener que preguntar al candidato qué ha hecho en los últimos dos años, va un paso.
- No cuestiones al candidato: En la línea del punto anterior, si algo de lo que te dice el entrevistado no te cuadra, no le acuses de mentir. Con no contratarlo es suficiente. Entre otras razones, podemos equivocarnos y crearnos una mala reputación que no necesitamos. Volviendo a nuestro ejemplo, el empresario en cuestión no se creía que este conocido hubiera compaginado trabajo y estudios durante 5 años (difícil, pero no imposible).
Recordad que, al igual que cualquier otro método de trabajo, una entrevista supone el uso de recursos y tiempos que podrían darnos dinero de ser bien empleados. Por tanto, no está mal que mejoremos nuestro sistema de selección de personal y evitemos estas malas prácticas. Por otro lado, si en nuestro sector es difícil conseguir a profesionales, este tipo de conductas sólo harán que sea más difícil (y costoso) conseguir un equipo eficiente para nuestra empresa.
Imagen | Juanpol
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