¿Debemos ser amigos de un exjefe que se portó mal con nosotros? ¿Deberíamos ser capaces de discernir entre su papel como gerente y como persona que quizás quiera saber de nuestra vida?
Si un día, en una red social vemos que tenemos con seguidor a una persona que mientras desarrollamos un trabajo para él no nos pagó lo acordado o no tuvo un comportamiento intachable, ¿de veras es necesario que sepa de nosotros? ¿Es aconsejable aceptarlo?
Los expertos en la materia, o en el mundo de la etiqueta virtual, apuestan por la lógica y el sentido común si hablamos de tener a nuestros jefes o compañeros de trabajo entre nuestro grupo de amistades en Facebook o Twitter.
¿Quizás ese inepto jefe recibía órdenes y por esta razón fue el encargado de hacer el 'trabajo sucio' que le pedían? Tal vez, entonces podría ser una buena idea tenerlo entre nuestros contactos pero delimitando las fronteras. Como lo haríamos en la vida real.
¿Te tomarías un café con él? ¿Saldrías un sábado? ¿Te interesan sus logros o te apetece ver cómo comparte compulsivamente noticias sobre él de toda índole? No. Puesto que eso se asemejaría a mantener una amistad que no existe o no se desea.
¿Presión?
¿Y si fuera positivo tenerlo cerca por si surge otra oportunidad laboral conjunta? Esa es una cuestión relativa que depende de muchos factores.
- ¿Confías en él?
- ¿Te parece una persona seria, de palabra?
- ¿Es un verdadero profesional o un vendedor de humo?
- ¿Estarías cómodo volviendo a trabajar a su lado?
Si alguien de tu pasado laboral se aproxima a ti, bien por error o por algún tipo de interés, debería hacerlo por otra vía, por ejemplo a través de Linkedin, donde tanto el lenguaje como el contexto es profesional. Una buena manera de salir de una situación incómoda y coherente es indicarle que si quiere saber algo de ti, lo haga por esa vía.
Si te buscan es porque detrás se esconde una razón y es más que probable que se trate de tantear tu situación laboral para proponer alguna colaboración o hipotético trabajo. Si le abres la puerta de tu red social donde compartes información que es de interés sólo para tus amigos/familiares, es preferible decir no.
Los jefes, exjefes y compañeros de trabajo no son por normal general, tus amigos, aunque se den casos excepcionales en los que surja una relación positiva y afectiva.Por lo tanto, mejor no mezclar las conversaciones más o menos afables en el contexto laboral,con las que mantenemos fuera, con otras personas.
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Imagen|Andrés Nieto Porras