Hace unas semanas hablábamos de algunas preguntas incómodas en las entrevistas de trabajo que incluso podrían llegar a considerarse como ilegales. Normalmente, se asume que las preguntas sobre la vida personal del candidato no son admisibles y, por tanto, podríamos incluso no contestarlas. Pero, ¿qué pasa con las preguntas profesionales que pueden resultar incómodas?
Como claro ejemplo, la pregunta sobre la remuneración del empleo actual y sobre las expectativas de salario suelen ser preguntas que muchos candidatos les cuesta responder. Evidentemente, la empresa quiere conocer si su oferta coincide con las expectativas salariales del candidato, pero sucede que en muchas ocasiones los candidatos no saben si lo que ellos piden está fuera o no de mercado.
Por esta razón, y con el fin de afrontar la pregunta con seguridad, lo más conveniente es llegar a la entrevista lo mejor informado posible. Conviene recopilar toda la información posible sobre los salarios que se ofertan en el mercado y, sobre todo, en el sector en el que el candidato va a realizar su actividad. Esta información puede ser consultada tanto en los convenios sectoriales como en los portales de empleo y redes sociales profesionales.
Teniendo en cuenta lo anterior, y una vez llegada la temida pregunta, lo mejor no es citar ninguna cifra concreta, sino una franja salarial en la que nos movemos en la actualidad y sobre la cual queremos negociar. De esta manera, demostraremos que conocemos el mercado laboral, que tenemos aspiraciones realistas y, sobre todo, que mostramos flexibilidad salarial.
Y, en caso de que la empresa nos ofrezca un salario inferior al esperado o nosotros demandemos una retribución superior a la esperada por la empresa, siempre tenemos que abrirnos a negociar, incluyendo revisiones salariales en meses sucesivos o complementos salariales como seguros médicos y otras retribuciones en especie.
En Pymes y Autónomos | En una entrevista evita la falsa modestia
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