Una de las diferencias más claras entre las empresas más pequeñas y las grandes es que mientras en las primeras existe un alto grado de individualización de las tareas, al ser cada miembro del equipo especialista en un área o conjunto de tareas determinado, en las más grandes existen muchos empleados que interactúan dentro de la misma parcela profesional.
Una vez realizada esta distinción, quería introducirles el concepto de proactividad en cada una de estas organizaciones. De tal manera que mantener dentro de una pyme una actitud activa, auto motivada y resolutiva sobre los distintos problemas y dificultades que se puedan ir presentando en el día a día de la empresa, normalmente se traduce en recompensas que actúan como un revulsivo para mantener esta actitud tan positiva en el tiempo.
En cambio, en organización de mayor tamaño esta relación estímulo-recompensa no funciona del mismo modo, ya que dentro del mismo departamento o conjunto de iguales siempre existirán individuos que tratarán de apropiarse de los esfuerzos y motivaciones ajenas. Entonces. ¿cómo podríamos evitar que un valor tan positivo como la proactividad se deteriore dentro de una organización?
Pues a pesar de su dificultad, podemos lograrlo de manera exitosa si coordinamos tres aspectos fundamentales: motivación, comunicación y responsabilidad. Pasemos a ver el por qué de cada uno de ellos:
1) Motivación: cuando un profesional decide ser proactivo lo hace pensando en el bien de la organización, lo que le lleva a buscar el camino por el que atajar problemas cotidianos de una forma eficaz y directa, dejando a un lado los protocolos y el curso normal de acción. Evitando la dilatación del tiempo en se proporcione una solución, o bien, que pasado este tiempo no se haya logrado resolver. Por tanto esta motivación, que en los últimos años se ha ligado mucho a la 'creatividad responsable en el mundo del 'coaching', ha de ser el motor que nos guíe
2) Comunicación: como aspecto clave, cuando conseguimos un logro como consecuencia de nuestra proactividad es muy importante que nuestros responsables lo sepan, para evitar de este modo que otros se puedan apropiar de él. En esta fase es muy importante la forma en la que lo comuniquemos, evitando mantener una actitud egocéntrica o que infravalore el trabajo del resto de compañeros. Adicionalmente, no nos debemos olvidar tampoco de su comunicación cuando los logros no han sido los esperados
3) Responsabilidad: la gran mayoría de las decisiones y acciones tienen sus implicaciones en el presente pero también el futuro, ya que crean una nueva visión o forma de hacer las cosas que condicionarán decisiones futuras. Por tanto, cuando tomamos motu propio una decisión o abordamos un problema, es muy importante que seamos consecuentes con nuestra responsabilidad
Como conclusión, tengo que decir que garantizar los frutos de nuestra proactividad en una organización de mayor tamaño es una tarea compleja, pero no por ello imposible, y es más depende exclusivamente de nosotros, siempre y cuando se mantenga el equilibrio entre los tres aspectos que les comento.
En Pymes y Autónomos | Buscando ese primer apoyo
Imagen | people