Hemos hablado en varias ocasiones sobre la importancia de la gestión a la hora de llevar al éxito a la empresa. Puede ser un poco oportunista, pero no hay mejor ejemplo para explicarlo que analizar el efecto Maradona. De poco vale tener un buen equipo o unos magníficos jugadores si no hay una dirección eficiente que pueda gestionar las fortalezas y minimizar el efecto de las debilidades.
A veces podemos contar en nuestra empresa son las armas necesarias para llegar al éxito. Una buena idea, un buen desarrollo de producto, una buena campaña de marketing y un buen equipo comercial, pero con todo esto no tenemos el éxito garantizado. La gestión acertada de estos recursos es tan importante como el que esos recursos sean los idoneos porque cada uno por separado pueden ser los mejores pero por sí solos no van a funcionar, por lo que hará falta un elemento integrador que haga funcionar a la empresa como una máquina perfecta.
No voy a entrar en análisis futbolísticos, no compete a esta publicación hacerlo. Pero el ejemplo de Maradona no puede dejar de señalarse como lo que no debe hacer un buen gestor en su empresa. Primero, no debe formar su equipo por amiguismo y dejar fuera de la organización a personas que pueden ser útiles sólo "porque no son de su entorno".
Segundo, si una persona del equipo es muy buena en su trabajo, no se puede aumentar su responsabilidad y encargarle más tareas de las que puede asumir porque de esa manera no hará bien ni lo que sabe hacer ni el resto de sus tareas.
Tercero cuando las cosas empiezan a ir mal y tenemos tiempo para reconducir la situación, no debemos esperar a que todo se arregle solo, hay que poner los medios para que la solución llegue y buscar las alternativas que nos puedan ayudar a recuperar el timón de la nave para que llegue a su destino.
No basta con tener un potente equipo de ventas o un producto rompedor, porque el mercado siempre cambia y habrá, antes o después, alguna situación que nos ponga en dificultades. Por eso debemos hacer una buena planificación y una buena gestión de nuestros recursos, prever esas dificultades y saber cómo actuar cuando se nos presenten, en definitiva, todo lo que Maradona no hizo.
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