Ya hemos definido los objetivos y diseñado las estrategias y los procedimientos que facilitarán a nuestra empresa la consecución de los mismos. ¿Y ahora qué? ¿hemos acabado nuestro trabajo en la dirección empresarial?, muy al contrario, ahora es el momento en el que empieza el verdadero trabajo.
Ahora toca hacer funcionar los procedimientos, que se ajusten al plan previsto y comprobar sus resultados. Recoger la mayor información posible para poder hacer los ajustes y las modificaciones necesarias, en una palabra controlar que todo vaya bien.
Sólo en el momento en que ponemos en práctica todo lo que hemos planificado podemos comprobar que el estamos en el camino adecuado para llegar al destino previsto. Es prácticamente imposible que todo funciona bien a la primera, si nuestra estrategia implica a varios departamentos pueden surgir retrasos, descoordinaciones, errores de cálculo o de procedimiento, imprevistos.
Puede ser necesaria una reasignación de recursos o, directamente, que nuestra estrategia tenga fallos que en su diseño no fueran detectados. Hay multitud de condicionantes que van a exigir una constante revisión de toda nuestra planificación.
Si el feed-back es importante en todas las fases, en esta es vital. No podemos permitirnos el lujo de darnos cuenta, al final, de que hemos cometido errores durante el camino. Es importante detectar las desviaciones cuanto antes, e intentar aplicar factores correctores. En esos momentos sabremos si las tareas anteriores se han llevado a cabo de manera idónea, por eso el control constante es esencial.
Pero aún en los casos en los que todo vaya bien y, con mayor o menor dificultad, alcancemos los resultados previstos, ni siquiera en ese momento, habrá acabado el trabajo de la dirección. Porque habrá que plantearse nuevos objetivos, nuevas planificaciones, más controles, porque la actividad empresarial nunca se detiene.
En Pymes y Autónomos | Los tres aspectos fundamentales para la correcta dirección empresarial (I): los objetivos | Los tres aspectos fundamentales para la correcta dirección empresarial (II): la planificación Imagen | Cory schmitz