En los tiempos que corren son muchas las empresas las que se obsesionan por cambiar la forma en la que llegan a sus clientes, la apreciación de sus productos por parte del mercado, su imagen corporativa, etcétera. Como si la solución a sus problemas de naturaleza económico-financiera dependiese única y exclusivamente de repensar su forma, vía una campaña de marketing potente.
En este sentido hoy quiero hablarles del peligro que supone obsesionarse por la forma sin ser críticos con el fondo, es decir, en ocasiones olvidamos si lo que queremos vender es lo adecuado, ya que aunque modifiquemos continuamente nuestra política de marketing el subyacente es el mismo, y fracasemos si no corregimos los errores que se arrastran con este.
Por ello resulta muy conveniente realizar análisis de diagnóstico teniendo en cuenta los cambios en la demanda, en las preferencias o de la propia situación socioeconómica. Que tanto influyen en la demanda de nuestro producto por parte de nuestro consumidores y/o clientes potenciales. Para iniciarlo, en un principio podemos seguir los pasos de la metodología DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades), para poco a poco irlo transformándolo en función de nuestras necesidades.
Adicionalmente podemos realizar estudios de la demanda, intentando buscar las diferencias que mantienen nuestros productos y/o servicios con los que ofrecen otras empresas, para que de este modo podamos llegar mejor a los clientes por una 'mejora' de nuestro propio subyacente, lo que redundará también en una estrategia de marketing mucho más eficiente.
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