Se estima que son millón y medio los profesionales que están dentro del sistema de módulos para tributar. Si se segmentan los trabajadores agrarios, quedarían unos 400.000, pero lo cierto es que podríamos decir que el autónomo que paga por módulos es una especie en peligro de extinción. Se trata de un sistema obsoleto, al menos esto es lo que afirma el director de la Agencia Tributaria Jesus Gascón en un texto titulado "Una nueva administración para la lucha contra el fraude".
Es cierto que hoy con la cantidad de avances técnicos el sistema de módulos parece una reminiscencia del pasado, en el que la cantidad a tributar se calcula, no en función de los ingresos, sino de unas tablas que cambian para cada actividad. Algunos de ellos son los metros de superficie del local, número de trabajadores de la empresa o el consumo de electricidad de la misma o el número de mesas que tiene un bar, por ejemplo.
El modelo de facto se creó porque no se podía controlar al número de autónomos existentes. Pero hoy en día esto ha cambiado. Más todavía desde la puesta en marcha del SII, donde la gran mayoría de las facturas ya están controladas y ahora la administración vuelca más recursos en intentar atar en corto a los más pequeños puesto que existen los medios tecnológicos adecuados para ello.
La cuestión es que los límites se van reduciendo año tras año para poder optar a este sistema de módulos, que tiene que ir adelgazando progresivamente, de manera que la posibilidad de acogerse al mismo cada vez sea más reducida o directamente quede eliminada, al menos en el sector no agrario.
Ahora les toca a los autónomos. El cambio para muchos puede ser importante, pero no por no querer verlo va a dejar de estar delante de nuestros ojos. Quedarán un año, dos o cinco o diez. Pero acabará por desaparecer. Lo ideal es ir hablando con los asesores fiscales y pensando como afectará el cambio a nuestro negocio y cómo se puede adaptar para afrontar el aumento de tributación que muchos sufrirán.
Imagen | Alexas_Fotos