Con bastante probabilidad, los emprendedores cometerán en su actividad profesional un sinfín de errores, cada uno de los cuales constituyen en sí mismos una fuente de aprendizaje muy valiosa. Sin embargo, existen muchas áreas de la empresa donde estos fallos se pueden minimizar o reducir, como por ejemplo en la gestión empresarial.
Existen buenas prácticas que nos ayudarán a mejorar el día a día de la gestión de la empresa. Entre ellas, hemos elegido las siete soluciones para evitar errores en la gestión de tu negocio.
1. Evita la improvisación
Reducir el número de aspectos que se dejan al azar en nuestra empresa ayuda a disminuir el tiempo y el dinero desperdiciado en dobles esfuerzos, errores, solapamiento de tareas y cosas superfluas, lo que servirá para notar una mejoría en los resultados de nuestro negocio.
Sin embargo, nunca se podrá eliminar del todo a improvisación; siempre se podrá podremos atenuar, mediante un aislamiento de nuestro día a día y haciendo labores de planificación en las distintas áreas de nuestra empresa. Para ello, tendremos que ser estrictos y constantes, sin generar una rigidez innecesaria de manera que podamos encontrar la eficiencia.
2. Tener un buen software de facturación
Disponer de buenos programas de gestión, programas de facturación o de contabilidad para autónomos hacen que el margen de error disminuya porque de alguna manera nos imponemos cierta forma de trabajar y nos genera ciertas rutinas que harán que, por ejemplo, no aceptemos facturas incorrectas o que controlemos nuestros gastos diariamente.
Hay que recordar que el uso de software permite que podamos analizar automáticamente el estado de nuestra empresa para, de esta manera, poder controlar casi instantáneamente, por ejemplo en el control de costes, cómo van las ventas en determinado periodo o el rendimiento de determinado empleado.
3. Revisiones periódicas de nuestro negocio
Al igual que sucede con el cuerpo humano, nuestra empresa necesita que le hagamos chequeos cada cierto tiempo. En este caso, existen varias aspectos que requieren de nuestra atención para ahorrarnos dinero o simplemente disgustos.
Es conveniente hacer revisiones anuales de los contratos que tengamos, por ejemplo, de los seguros de nuestro negocio, intentando mejorar las condiciones o reducir el precio de dichas primas. Del mismo modo, debemos vigilar la evolución de todos nuestros costes mensualmente para detectar posibles anomalías, así como controlar nuestras líneas de ingresos, haciendo constantemente una vigilancia de cómo se están comportando nuestros competidores y el mercado.
4. Ejecutar, ejecutar y no parar de ejecutar
Como ya hemos dicho anteriormente, hay que tener siempre presente la planificación del negocio, pero no hay que perder de vista que lo que tenemos que hacer es ejecutarla. Aquí es donde cobra especial importancia el nivel de continuidad diaria que podamos mantener.
Tenemos que ser muy constantes en la ejecución, e intentar empezar y acabar las tareas que nos pongamos. Y es que, sin duda, la diferencia entre una buena o mala gestión de una empresa, e incluso entre el éxito y el fracaso, es la ejecución.
5. Apostar por el talento
Es importante que nos rodeemos de personas en las que confiemos plenamente, y no solo con respecto a sus valores o habilidades personales, sino también por su capacidad e identificación con nuestro proyecto empresarial y, si no es así, no pararemos hasta que dichas personas aparezcan.
Contar con compañeros de viaje adecuados para nuestro proyecto hará que la gestión diaria vaya como la seda, ya que la mejora continua de la empresa, el trato al cliente, la correcta evolución del negocio con respecto al ritmo y rumbo que nosotros mismos marcamos solo puede hacerse con personas que dispongan de un cierto talento.
6. El arte de medir
Controlar nuestro negocio en ocasiones puede hacerse con instinto, pero para aquellos emprendedores que no somos tan privilegiados, tenemos que contentarnos con tener una serie de indicadores de nuestro negocio que nos ayuden a hacernos una idea de cómo vamos, cosa que traduciremos en un pequeño cuadro de mando integral.
Estos indicadores nos ayudarán en la toma de decisiones de gestión vitales para el devenir de nuestra empresa; si no medimos ciertas variables, no seremos capaces de identificar con rapidez problemas que, de no afrontarlos, pueden poner en jaque la estabilidad de nuestra empresa.
7. No olvidar el core del negocio
No despistarnos ni desviarnos de nuestro objetivo es fundamental, ya que debemos preocuparnos de ser totalmente expertos en lo que hace funcionar el motor de nuestro negocio: el core.
En este sentido, no debemos perder nunca de vista este aspecto para no cometer errores de gestión nuestro marketing, el par producto / mercado, la finanzas y la tecnología, puesto que si descuidamos alguna de estas áreas de nuestro negocio estamos perdidos.
Foto| David Goehring