Cuando el pasado verano el Gobierno lanzó su plan Director por un Trabajo Digno los falsos autónomos estaban en el punto de mira de la Inspección. El objetivo era hacer aflorar 40.000 falsos autónomos que deberían estar en el Régimen General. De momento Inspección de Trabajo ya ha regularizado casi 18.000 falsos autónomos, por lo que el objetivo final está un poco más cerca.
El grueso de estos falsos autónomos proviene de la Industria cárnica, donde las cooperativas abusaban de esta figura, imponían horarios, organización y formas de trabajo a los autónomos que en poco o nada se diferenciaban de los trabajadores contratados por la empresa. El resto en su mayor parte vienen de la falsa economía colaborativa y plataformas tipo Deliveroo.
El aumento de recursos de la Inspección de trabajo ayuda a que los objetivos fijados puedan cumplirse. Por otro lado, las 81.000 cartas que se enviaron a empresas que se sospechaba que vulneraban la legislación ayudaron a que muchas convirtieran de forma automática dichos contratos.
Se han incoado un total de 7.872 actuaciones inspectoras y se han abierto expedientes por más de 202 millones de euros en concepto de cuotas que las empresas tendrían que haber pagado por tener inscritos incorrectamente a falsos autónomos.
De todas formas se sigue echando en falta una sanción para las empresas que tienen falsos autónomos, ya que con la última reforma lo único que se multa es el paso de un trabajador de dicha empresa del Régimen General a falso autónomo, pero no la inscripción de estos últimos de forma incorrecta.