En mayo escribí una entrada que consiguió captar interés, sigo con una serie de reflexiones que quizá nos sirvan para nuestro día a día en la dura tarea de encontrar nuestra propuesta de valor:
- El optimista mira a los ojos, el pesimista a los pies: da igual cómo esté la situación la alegría y el optimismo son una ayuda en los negocios, te sirve para destensar situaciones, además que los clientes agradecen que aportes entusiasmo y que durante los minutos que estén contigo tengan un soplo de aire fresco.
- La frase más dañina del idioma: siempre se ha hecho así: es una oportunidad el ver en una empresa este tipo de comportamientos, la principal resistencia que hay que vencer es al cambio, la mayoría de ocasiones esperan que venga alguien de fuera que lime y pula esas reticencias.
- En el mundo de la empresa no consigues lo que mereces sino lo que negocias: en alguna ocasión sentado con un cliente planteando un presupuesto me he quedado con la sensación de que realmente estaba dando más de lo que exigía la situación y por menos de lo que sería razonable y lógico, sin embargo ya has jugado a las siete y media y si has decidido no abordarlo en el proceso negociador…ya no toca, así en la siguiente ocasión estaré más hábil.
- Cuando no puedas ser actor procura ser espectador de primera fila: Tenemos la dichosa costumbre de querer ser en todo protagonistas, cuando no sucede así es bueno estar cerca para ver cómo se enfoca, que aciertos o fallos suceden…ser un observador de primera línea.
- No ataques al león si el campo está lleno de ovejas: he tenido ocasión de presentar proyectos a empresas grandes con un desarrollo importante, incluso atractivos, o simplemente rentables porque experiencias anteriores eran extrapolables, sin embargo es mejor centrarse en proyectos de tu dimensión en los que les puedas aportar tu “toque” y se perciba tu participación e implicación…llegará el momento de abordar los otros.
En Pymes y Autónomos | Aprendizaje diario para el emprendedor Imagen | Alexandre Dulaunoy