Cómo cambiar de trabajo y salir con la cabeza alta de tu empresa
Hoy en día el mercado laboral es mucho más dinámico que hace unos años. Los trabajadores han perdido el miedo a cambiar de empresa, a embarcarse en nuevos proyectos. En muchos casos tampoco tienen mucho que perder, ya que ni siquiera tienen un contrato indefinido. Por eso vamos a ver cómo cambiar de trabajo y salir con la cabeza alta de tu empresa.
Porque no se trata de salir de malas maneras, sino de hacer entender que nuestro camino se separa. A veces encontramos un mejor salario, otras veces porque sentimos que nuestra carrera profesional se ha estancado. El cambio nos pueden generar dudas, el cambio supone salir de nuestra zona de confort, pero una vez tomada la decisión hay que comunicarla de la mejor manera posible.
Aviso, cláusulas y entrevista de desvinculación para cambiar de trabajo
Lo primero sería revisar nuestro contrato. Lo habitual es tener que avisar con 15 días de antelación, pero en algunas ocasiones es más tiempo, sobre todo si se trata de un puesto especializado. No está de más tampoco revisar nuestro convenio para estar seguros. Este tiempo es fundamental para no dejar tirada a nuestra empresa, el mínimo indispensable para que pueda abrir un proceso de selección.
Si nos vamos a trabajar para la competencia también deberíamos comunicarlo. Podemos tener una cláusula de no competencia que nos impida trabajar en unos años en compañías del mismo sector. Esto debería estar claro, ya que por ello se debe cobrar un plus en la nómina. En todo caso, lo ideal es mantener una entrevista de desvinculación donde no se respeten clientes como información clave para la empresa que abandonamos.
Porque este es el mayor miedo que tienen muchas organizaciones. Se marcha un empleado y con él muchos de los clientes con los que tenía trato. Pero también información que puede ser muy importante sobre la estrategia a seguir en la anterior empresa. Por eso la entrevista de desvinculación fija todos estos puntos y marca cómo nos marchamos.
Por último hay que estar preparados para recibir una contraoferta. No lo hacen todas las empresas pero muchas consideran que abrir un proceso de selección puede resultar mucho más problemático que mejorar las condiciones del trabajador que se quiere marchar. Es aquí donde tenemos que valorar si merece la pena quedarse o tenemos más posibilidades de mejorar en el futuro en otra organización.
Si la decisión finalmente es salir de la empresa es fundamental no desvincularse y realizar un traspaso de proyectos y tareas en marcha de forma ordenada. Esos quince días que nos quedan en la empresa tenemos que utilizarlos para que los temas que llevamos pasen a otros compañeros, que no se quede nada pendiente y todo nuestro trabajo quede ordenado.
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