El estrés no existía. Hace unas décadas ninguna persona se hubiera planteado qué es ese síntoma ni mucho menos sabría describirlo. La vida no es que fuera más sencilla, pero existía menos competitividad y sobre todo: menos prisa.
Conseguir un buen trabajo, mantenerlo, hacer que prospere y ser el número uno en tu sector no es fácil. Al final, acabas pagando un precio y si no gestionas bien las emociones, al igual que si no dosificas períodos de descanso verdadero, el estrés puede acabar con uno. ¿Pero podría convertirse en un negocio saludable?
Leyendo un reportaje sobre personas que expresan su manera de entender la vida mediante lo que comen, como los vegetarianos, los partidarios del ayuno y de la paleodieta (consumo de alimentos anteriores a la agricultura y ganadería) observé que a su alrededor existía un nuevo mercado.
Y no se trataba de tiendas especializadas en la venta de esos productos sino hasta de la aparición de sitios de contacto que han comenzado a segmentar a sus clientes para que les sea más fácil encontrar una pareja afín.
Pero el caso de un empresario que había tocado fondo por comer y dormir mal fue lo que me impactó. Este hombre representaba a muchos emprendedores que apuestan fuerte por crear su propio negocio, conseguir el éxito y llegar a tener a gente en plantilla.
Su trabajo consistía en captar clientes para webs de juego online, todo iba bien y ganaba dinero, pero el estrés se apoderó de él de tal forma que ni tratando de desconectar lo conseguía. A raíz de visionar un documental sobre el ayuno entre ejecutivos que estaban sometidos a mucha presión, comprendió que su trabajo estaba ganando la batalla a su salud física y mental.
Y por culpa del estrés dejó ese trabajo que tantos beneficios económicos le daba, para montar una empresa que organiza estancias en una masía del macizo del Garraf donde las personas combinan el ayuno y caminatas al aire libre.
Este estresado emprendedor que no sabía o no podía pisar el freno, encontró una salida en el cuidado de su alimentación y en el ejercicio al aire libre para sentirse mejor primero, y como forma de ganarse la vida después. En pocas palabras: "Si no puedes con el enemigo, únete a él y gana en salud y dinero"
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Imagen|Jorge Oliverio Pérez