Por qué necesitamos dar una vuelta al horario de verano si queremos implantarlo todo el año
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Por qué necesitamos dar una vuelta al horario de verano si queremos implantarlo todo el año

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El horario de verano es una tradición en muchas empresas que viene de los tiempos donde los aires acondicionados no existían y trabajar con temperaturas que pasaban los 35º era simplemente soporífero. Por eso se ajustó la jornada laboral para que tuviera una hora menos de duración y que se realizara sin interrupción o pausa para comer. Las mismas organizaciones que la implantan en verano se han negado a hacerlo todo el año. No lo ven viable. Y lo cierto es que sí lo es, pero necesitamos dar una vuelta al horario de verano si queremos implantarlo todo el año.

Empezando por el parón para comer. Si tenemos en cuenta que los hábitos cambian con el tiempo, ese tiempo de pausa para comer durante una hora, que para la mayoría es corto para ir a comer a casa, pero demasiado largo si se come en la oficina. Si tenemos en cuenta que según el Artículo 34 del Estatuto de los trabajadores los empleados tienen derecho a un descanso obligatorio no inferior a 15 minutos por cada seis horas de trabajo continuado, es fácil adaptar no la comida de mantel y tres platos, pero si un ligera comida a media mañana.

La caída de la productividad después de la pausa para comer

La realidad es que por nuestra actividad es complicado que después de un descanso o una comida más copiosa de lo que nos hubiese gustado, podamos tener el máximo rendimiento. Las horas después de comer baja la productividad, nos cuesta más concentrarnos, y entre que retomamos el hilo de lo que estábamos haciendo y nos ponemos casi es la hora de salir.

¿Entonces por qué quieren las empresa tener a sus empleados disponibles? La clave para la mayoría de ellas es tener un horario de atención amplio. Estamos acostumbrados a tener horarios de 8 de la mañana a 7 de la tarde en la que podemos acudir o relacionarnos con las diferentes compañías. Hay empleados que entran en diferentes franjas horarias para cubrir este espectro horario.

Una reducción del tiempo que dedicamos a trabajar se extiende a muchos sectores, como comercio, ocio o supermercados que tiene una gran amplitud horaria

¿Implantar una jornada continua supone dejar de atender clientes? No necesariamente, supone hacer un esfuerzo para mejorar la planificación de los recursos humanos. Hay horas en las que apenas se reciben llamadas o viene nadie a nuestra empresa y no por permanecer más tiempo abiertos vamos a facturar más. Este sería el primer análisis que deberían hacer, ¿me compensa estar tanto tiempo abierto?

Flexibilidad, organización y teletrabajo

La clave está en implantar la flexibilidad de jornada, donde los empleados puedan desarrollar su trabajo de forma continua, en horario de 8 a 4, de 9 a 5 o de 11 a 7, por poner diferentes opciones de cobertura del tramo horario puesto como ejemplo. A partir de aquí cada uno puede adaptarse al horario que más le permita conciliar su vida personal y profesional.

Tal vez alguien que tiene que dejar a sus hijos en el colegio prefiere entrar a trabajar a las 10, o a las 11 si queremos ir al gimnasio antes de entrar al trabajo en un horario donde sabemos que las salas o las clases no están masificadas. Cada empleado puede adaptarse al mejor horario, se tomaría una comida ligera durante el parón y poco más.

Por otro lado en muchas ocasiones lo que deseaban las empresas era tener a los empleados disponibles en cualquier momento por si necesitaban un dato, comentar algo o que ejecutaran una tarea concreta. Y es aquí donde el teletrabajo juega un papel fundamental. Hablamos de desarrollar una jornada de 6 o 7 horas de forma presencial en la oficina, y luego una o dos desde casa.

De esta forma se extiende el horario, pero es más fácil conciliar vida profesional y personal. Si necesitamos contactar con algún empleado estará disponible y se podrá realizar la tarea o la gestión desde su casa tranquilamente. Con la ventaja de que luego cuando acabe su jornada no tendrá que pasar por un atasco, que en las grandes ciudades puede ser prolongado y tedioso para volver a su casa.

La cultura del presentismo, de hacer vida social en la empresa, tiene que acabar. Otra forma de trabajar es posible, podemos hacerlo mejor y que todo el mundo se beneficie. La empresa porque tiene empleados más productivos, más motivados y comprometidos. El trabajador porque su vida es más sencilla con horario continuo y flexible. Y no es tan complicado ponerlo en marcha en muchos sectores.

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